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Río Doce/Andrés Villareal.- El Chapo con la ayuda de todos es un mito mexicano. En los últimos tiempos fomentado por él mismo, intentó pasar de personaje real a la ficción. Llegó a tal punto que él mismo se lo creyó. Antes, contribuyeron a moldearlo principalmente los americanos, convirtiéndolo en el enemigo público número uno, un sanguinario líder del tráfico mundial de drogas.

En esa construcción, entró a la lista Forbes como el millonario 701, aunque él solo estuviera durmiendo en un catre de lona en la sierra y los millones de verdes estuvieran empaquetados.

Cargado de información, verdades, mentiras, inventos, historias, Joaquín Guzmán tenía su vida privada e íntima ventilada hasta la saciedad: los nombres de sus mujeres e hijos, detalles de sus movimientos en la sierra, amoríos y cartas.

Encarcelado de nuevo, por tercera ocasión, el Chapo podrá seguir ganando la guerra mediática y su mito podría seguir creciendo, pero si no conserva los secretos suficientes que le den poder, empezará a desinflarse para dar espacio a un nuevo mito que explotar.

Rosa Isela Guzmán Ortiz es la carta reciente que se juega el clan del Chapo para seguir fomentando el mito y sembrando su verdad. La hija de Guzmán habló en una entrevista a The Guardian del lugar común: las relaciones de corrupción entre la organización criminal y la política, pero sin nombres esa acusación se esfuma y va quedando hueca.

El resto de la estrategia mediática emprendida por la familia Guzmán, desde Emma Coronel en Telemundo hasta los abogados abiertos a dar entrevistas, tendrá el mismo destino porque está cargada de los argumentos simples de una corrupción solo mencionada como concepto, no con la puntualidad que requiere una acusación.

No se avizora por el momento que el Chapo fuera el hombre que guarda secretos de sus más de tres décadas dentro del tráfico de drogas: nombres de socios e involucrados, rutas de trasiego, intercambio de favores, entrega de recursos… y la joya principal, la participación en campañas políticas.

Si el Chapo se fue quedando sin secretos o nunca se preocupó por guardarlos irá mermando su poder. Saber lo que otros no saben es fuente y herramienta de poder universal. Esos secretos serían su real moneda de cambio, siempre que en su momento lograra apropiarse de esa valiosa información que se vuelve secreto.

Incluso en el caso remoto de que enfrente un juicio en los Estados Unidos, o que se caree con cualquiera de sus socios de otro tiempo, necesita de los secretos que le permitirán una vida menos pesada en el ocaso de su reinado.

Margen de error

(Detrás del mito) Cada vez más el Chapo se va revelando como una simple pieza más del enorme edificio del tráfico de drogas en el mundo. Donde ni siquiera cerca es el capo del rango en que se le fue elevando, sino apenas el rostro visible de un negocio impresionante que abarca todas las áreas, incluidos aquellos negocios en la legalidad.

Basta ver los sitios donde vivía, en la sierra o las ciudades, no son ni cerca los grandes lujos de un millonario. La casa de la colonia Guadalupe en Culiacán, de donde huyó a Mazatlán para ser capturado en 2014 o la de Los Mochis, donde estuvo momentos antes de ser detenido en enero pasado: son viviendas básicas, casi clasemedieras, con excepción de algunas extravagancias en autos y joyas caras, no se ven esas cantidades monstruosas que todo lo compran.

¿Quién será el verdadero líder del tráfico de drogas? ¿En qué penhouse de Manhattan se controlan los grandes embarques de cocaína y heroína de Guerrero y Afganistán?

Mirilla

(Veda) En el silencio aparente de la veda electoral se van fraguando las estrategias de campaña. Los equipos se van integrando en medio de la intriga de los grupos de cada partido o candidato.

Ya es demasiado tarde para armar proyectos de Sinaloa, el tiempo de la guerra electoral es demasiado corto, y por ahora lo único importante es ganar. En palabras de Felipe Calderón: “Haiga sido como haiga sido”.

DEATRASALANTE

(La diputada 21) Lucero Sánchez regresó al Congreso pero no a su curul, esta vez quedó del lado de los priistas, en el ala izquierda del salón de sesiones. No podía ser más contradictoria la presencia de la diputada perseguida por la SEIDO, que llegaba a salvar al poder legislativo siendo la diputada 21 para lograr la mitad más uno, mientras la espada del desafuero ronda su cabeza.

Tomó Lucero Sánchez la curul al lado de Óscar Félix, quien tuvo también su escaramuza de señalamientos por vínculos y hermandad con organizaciones en el tráfico de drogas, y que no le han impedido que el PRI lo vuelva a postular y lo haga diputado de nuevo.

Salió del claustro obligatorio en que la tiene una persecución envuelta en la sospecha, pero no la salvará del procedimiento de desafuero que sigue su curso en la cámara federal y que más temprano que tarde llegará al Congreso local. Entonces se sabrá qué dicen aquellos que celebraron su llegada el jueves 10 de marzo. ¿Levantarán la mano? ¿La respaldarán con un beso como celebraron su llegada? (PUNTO)