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La noticia del martes 13, cuando una persona asesinada fue abandonada afuera de la funeraria San Fernando, en Escuinapa, aunada al enfrentamiento entre policías y un grupo de hombres armados, cuatro días antes entre la comunidad de Los Zapotes y el poblado de El Habal, mandaba malas señales.

Como Juan Arnulfo “N” fue identificada la víctima del ataque aparentemente perpetrado en el poblado El Palmito del Verde, a 30 kilómetros de la carretera estatal de Escuinapa a Tecapán. Fuentes extraoficiales aseguraron que el hombre era conocido con el apodo del Lobo y se le atribuía una jefatura de plaza.

El lunes 19 de agosto, a la embestida del calor intenso del verano se sumó la noticia del multihomicidio de cuatro personas en las inmediaciones de la comunidad de Puerto de Canoas y una en El Quelite.

De acuerdo a la versión oficial, los finados fueron identificados como Audencio N, de 53 años; Cristian N, de 26 años, Jesús Martín N, de 34 años, e Isidro N, de 31, el primero originario de El Pueblito, Concordia, en tanto que los otros tres vivían en Mazatlán.

La familia que identificó los cadáveres de cuatro de las víctimas informó que éstas fueron privadas de su libertad por un grupo de hombres armados la noche del domingo, en un domicilio ubicado en la colonia Francisco Villa.

El martes 20 de agosto, aproximadamente a las 6:20 horas, un grupo de hombres armados que viajaban en un vehículo atacó a balazos a un comerciante que conducía una camioneta Nissan NP 300, color banco, en la entrada del fraccionamiento Prados del Sol, a un costado del puente vehicular.

La persona asesinada de varios balazos de arma de fuego que penetraron por los cristales de las ventanillas laterales, fue identificada como Rafael N, de 47 años de edad, mientras que los agresores huyeron del lugar del atentado.

Balacera en la zona rural

El 9 de agosto, a las 9:40 horas, un reporte policial había informado de un enfrentamiento armado protagonizado por policías y civiles entre el poblado Los Zapotes y la comunidad de El Habal.

El informe oficial aseguraba que el presidente municipal de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, se encontraba cerca de dichos poblados donde ocurrió la balacera, pero entrevistado por reporteros, el alcalde dijo que la información era falsa.

El Químico sostuvo que cuando ocurrió la balacera él se encontraba en la reunión estatal de seguridad que se realiza cada 15 días en Mazatlán.

El presidente municipal de Mazatlán informó que en la balacera no hubo personas heridas, pero sí un detenido, David N, que portaba una arma de fuego.

Pese a la versión de Benítez Torres, fuentes federales confirmaron que el ataque de civiles contra los policías había activado la alerta de pánico, debido a que el presidente municipal de Mazatlán se encontraba en las inmediaciones del conflicto.

Al lugar del enfrentamiento habrían acudido unos 50 elementos del Ejército, La Marina, policías federales, estatales y municipales.

‘Enroques y cero tolerancia’

El enfrentamiento armado en la comunidad de Los Zapotes ocurrió después de que la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPyTM) instrumentaba enroques en los altos mandos y el operativo Cero Tolerancia.

Desde que Ramiro Lizárraga Medina tomó el mando de la SSPyTM en abril del año en curso, anunció enroques en la corporación policial y lo hizo cambiando uno de los altos mandos a jefe operativo de la corporación.

“Principalmente vamos a hacer una revisión, los mandos que estén cumpliendo van a permanecer, y donde halla fallas, pues obviamente tiene que haber enroques y darle oportunidad a quien tenga ganas de trabajar; ahorita tienen el beneficio de la duda, se va a hacer el estudio, las estadísticas no mienten”.

El 30 de mayo, el comandante Simón Malpica Hernández, subdirector operativo de la corporación policial, fue sustituido por Miguel Ángel del Valle Lizárraga, argumentando que con el enroque mejoraría la seguridad pública.

La noche del 5 de agosto, intempestivamente, el comandante Heriberto Martínez López, director operativo de la corporación policial, fue sustituido por el comandante Ramón Alfaro Gaxiola, mientras el secretario de seguridad pública, Ramiro Lizárraga Medina explicaba que Martínez López se integraba como comandante a una célula de Investigación Preventiva.

“Lo habíamos estado estudiando, buscando perfiles de policías con trayectoria que hayan tenido experiencia de mando, se analizaron varios expedientes y optamos por el señor, Alfaro Gaxiola ahorita es el nuevo comandante”, expuso Lizárraga Medina.

“…al comandante Caló, Heriberto Martínez, continuó, lo ubicamos en la conformación de una célula de investigación y seguimiento de delitos o actos delincuenciales; checar cómo están sucediendo las cosas, para poder prevenir que no nos vuelvan a pasar”.

Siguió: “buscar el modus operandi, los horarios, los lugares, qué es lo que roban para saber dónde atacar, saber cómo prevenir los delitos, es muy diferente a un hecho consumado que se investiga para dar con los responsables y sujetarlos a juicio”.

El lunes 26 de agosto Lizárraga Medina fue relevado del cargo por el Capitán Federico Rivas Valdés, quien se convirtió en el tercer SSP de Mazatlán durante la actual administración.

Con todo y enroques y Cero Tolerancia, la semana pasada fue infernal para la zona sur, mientras en mensajes de Whats App se propaga la sicosis de que tanto en Mazatlán como en la zona rural se está llevando a cabo una “limpia” y que no se descarta la posibilidad de enfrentamientos entre gente armada.

Artículo publicado el 25 de agosto de 2019 en la edición 865 del semanario Ríodoce.