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Columna: Cuahuhtémoc Vilegas Durán/Objetivo7

El rector vivía en en centro de sus tierras robadas a los ejidos de Zapopan a sangre y fuego.

Ni siquiera su casa era visible a los que circulaban por la avenida Patria rumbo a sus trabajos o sus quehaceres o a los partidos de fútbol de los Tecos.

Entre aquellas inmensas malezas y arboladas, salió el rector de su mansión luego de comer con algunos de sus hijos y sus ahilajados políticos que eran muchos y que cuidaba desde su infancia cuando asesinó a sus padres para arrebatarle la universidad a la Iglesia católica. El Papá no pudo hacer nada: Los Nazis tomaban el mundo en sus manos.

Esa fue la razón por la que nació después el Tecnológico de Monterrey, cuando la Iglesia supo que nada podía hacer contra sus abogados y prestanombres en Jalisco y Colima, donde entre lo millones de cocoteros y las miles de brechas, circulaba la cocaína que los colombianos arrojaban a los mares de Jalisco para surtir y la región y también para llevarla hasta los Estados Unidos.

El rector llegó a la avenida Patria y salió rumbo al norte mientras observaba las canchas de los Venados su quipo de futbol americano con bancas de madera e hierro, mientras orgulloso vio el estadio Tres de Marzo que el mismo había fundado, entonces lo tomó el asalto. Él, distraído con el primer espectacular robótico de la ciudad estaba distraído cuando se estremeció y tomó posición fetal al ver las balas estrellarse contra el vidrio del carro. Los guardaespladas de atrás persiguieron a los atacantes que entraron por Colinas de San Javier como si fueran a ingresar a la universidad. Luego, se calmó, cuando huyeron los atacantes en la camioneta Ford Lobo runo al norte de avenida Patria, los guardaespaldas del carro trasero lo siguieron mientras su chófer se quedaba a su lado dentro del auto hasta que llegaron los policías municipales. Entonces el rector ya estaba tranquilo, ningún medio de comunicación se enteró y el Ocho Columnas también de su propiedad no publicó nada. Unos minutos después del atentado una llamada entraba a mi teléfono. El rector había sido atacado. Los detalles fueron muchos.