En lugar de la masacre en Villa Comaltitlán, Chiapas, la presidente optó por centrarse en la defensa de la reforma del Poder Judicial.

Sheinbaum dedicó poco más de un minuto a la masacre. Usó su tiempo este viernes en defender la reforma judicial como fruto de su elección como presidente.

El gobierno de Dina Boluarte en Perú pidió una explicación al de México por la muerte de uno de sus ciudadanos en la masacre de Villa Comaltitlán.

Cortesía/Los Ángeles Press

La actividad de este viernes 4 de octubre en Palacio Nacional estuvo dominada por el interés de la Presidencia de la República en no prestar demasiada atención al tema de la masacre de al menos cinco migrantes de distintos países en Villa Comaltitlán, Chiapas.

También se manifestó el deseo de defender con todo su capital político la reforma del Poder Judicial con argumentos similares a los usados por su predecesor en el cargo.

En efecto, Claudia Sheinbaum respondió tan brevemente como le fue posible la pregunta que se le hizo en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, pero en estricto sentido sólo reiteró lo que ya se había dicho ayer, especialmente luego de que la Fiscalía General de la República hizo, poco antes de las tres de la tarde del jueves, el anuncio formal de que estaba a cargo de la investigación.

La respuesta que la titular del Ejecutivo ofreció aparece como vídeo después de este párrafo. Ahí se puede comprobar que todavía no pueden precisar si fueron seis personas muertas, como se dijo originalmente durante el martes 1 de octubre, o si son cinco, como la propia Sheinbaum dijo ayer.

Tampoco hay precisión respecto del número de heridos que, según la fuente que se consulte, van de las 14 a las 17 personas. No la hay respecto de las razones por las que dispararon los dos soldados, cuyos nombres y cargos siguen como incógnitas de este caso.

Las dudas también existen respecto de la explicación dada hasta ahora por la Secretaría de la Defensa Nacional y presentada como tal por la Fiscalía General de la República en su comunicado de ayer, del que se dio cuenta en la nota enlazada después de este párrafo.

Según esa versión, la única disponible hasta ahora, los militares dispararon porque el conductor del vehículo en que viajaban no obedeció la instrucción de detenerse.

Sin embargo, el vehículo en el que viajaban las 33 personas es una camioneta de tres y media toneladas, de mediados de los noventa, que resulta difícil suponer que pudiera alcanzar velocidades que justificaran el uso del parque necesario para causar la muerte de entre cinco y seis y herir a entre 14 y 17 personas.