A horas del décimo aniversario de la desaparición en Iguala de los estudiantes de Ayotzinapa, López Obrador envía una nueva carta a los familiares.

Cortesía/Los Ángeles Press.

La carta a los familiares de las víctimas culpa a Peña Nieto de haber intentado un carpetazo, pero AMLO no ofrece alguna solución al caso Ayotzinapa.

Además de confiar en que Sheinbaum mantendrá abierto el caso Ayotzinapa, AMLO respaldó la decisión de no invitar al rey de España, aunque se hizo con el líder de Rusia.

Los Ángeles Press

La actividad en Palacio Nacional de esta mañana del 25 de septiembre estuvo marcada, una vez más, por los elogios en boca propia que caracterizan el final de la actual gestión.

Además de ello, a dos días de que se cumplan diez años de la “desaparición” de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa en las calles de Iguala, Guerrero, Andrés Manuel López Obrador insistió en decirse satisfecho aunque no hubo avances concretos que permitan saber qué ocurrió con los estudiantes de esa institución educativa.

En ese sentido, López Obrador dio lectura a una nueva carta que envió a los familiares de las víctimas de los hechos ocurrido el 27 de septiembre de 2014 en las calles de Iguala.

La parte sustantiva de la más reciente de muchas cartas enviadas por López Obrador a este grupo de sobrevivientes de violencia asegura haberse propuesto “con toda convicción destinar tiempo, recursos y voluntad para esclarecer los trágicos hechos acontecidos hace diez años, castigar a los responsables y sobre todo encontrar a los jóvenes”.

Más adelante se justificó al decir que “hemos ofrecido recompensas, enviamos al Congreso una ley de Amnistía que fue aprobada, destinada principalmente a garantizar protección y apoyo a informantes, sin embargo, hasta ahora ha sido poco lo alcanzado”.

Aunque dice que los abraza e incluso asegura que “hasta el último momento” de su gobierno continuará “buscando a los jóvenes”, el hecho objetivo es que su sexenio está a poco más de cuatro días de concluir y no hay algún avance sustantivo y simplemente le pasa la responsabilidad a su sucesora a quien, una vez más, volvió a bañar en elogios, según la rutina de las últimas semanas en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.

A pesar de que no hay avance alguno, ni siquiera en el documento que el propio López Obrador remite a los familiares de las víctimas, su autor dijo, por ahí de las nueve de la mañana, que está muy contento consigo mismo y que “se va con tranquilidad de que el próximo gobierno va a darle continuidad”, como se puede ver en el vídeo a continuación.

En esta ocasión ya no hubo promesas de abrir por periodos brevísimos y sin la ayuda de expertos los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional. Hubo, en cambio, la idea de que hizo lo que pudo, sin ofrecer alguna explicación acerca de por qué, diez años después sigue sin saber qué pasó con los estudiantes.

López Obrador dedicó poco más de 45 minutos a leer este documento. Empezó por ahí de las ocho y cuarto de la mañana y concluyó un poco después de las nueve, con frecuentes interrupciones para apuntalar su interpretación de los hechos que una vez más le llevó a culpar a Enrique Peña Nieto de tratar de dar un “carpetazo” e insistiendo en que la investigación seguiría abierta, aunque no se haya logrado avance alguno.

Lo dicho sobre Ayotzinapa, incluidos los elogios a su propio gobierno, lo vinculó con el respaldo a la decisión de su sucesora de no invitar a su toma de posesión al rey de España, Felipe VI, aunque sí lo hizo con Vladimir Putin, cabeza del régimen ruso y responsable de la guerra en Ucrania.

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Aunque quiso distinguir entre la monarquía y el pueblo español, López Obrador se presentó como víctima de un ataque en el que, según él, la monarquía habría enlistado a sus “intelectuales orgánicos”, entre los que identificó al Nóbel de la Literatura 2010, Mario Vargas Llosa.

Otra porción de elogios a su gobierno fue a propósito de la sección que supuestamente desmiente a quienes tienen discrepancias con lo dicho por el titular del Poder Ejecutivo, pero que, en repetidas ocasiones, se usa para imponer una narrativa de la realidad nacional carente de sustento incluso en las cifras del propio gobierno de la República o para promover, como se puede ver en la imagen que aparece luego de este párrafo, encuestas favorables al actual gobierno.

Los elogios a la actuación de Elizabeth Vilchis sorprenden más cuando se considera que ella simplemente reafirma lo que el propio López Obrador dice. En tres años, Vilchis nunca ha mostrado alguna independencia en el desempeño de su actividad como lectora de los textos que la propia Presidencia de la República elabora para celebrar las acciones de la Presidencia de la República.

Aunque dijo que no fue un espacio para estigmatizar, eso fue lo que la señora Vilchis hizo repetidamente al insistir en la idea de que López Obrador era víctima de un ataque coordinado que nunca pudieron acreditar.

Respecto de Estados Unidos, López Obrador defendió su decisión de expropiar los terrenos de Calica, decisión que tendría sentido si efectivamente se hubiera preservado la integridad de la selva en la Península de Yucatán, pero que resulta contradictoria cuando se considera la manera en que el Tren Maya ha destruido miles de hectáreas sin contar con estudios o medidas de mitigación que compensen.

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Calica, por su parte, ha expresado su rechazo a la medida y ha anunciado su decisión de llevar el asunto a las instancias que regulan la relación entre los tres países signatarios del Tratado México-Estados Unidos-Canadá, que López Obrador firmó con su “amigo” Donald Trump y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau el 1 de julio de 2020.

Al final de la actividad de este miércoles, López Obrador informó que no dormirá en Palacio Nacional el 30 de septiembre, último día de su gestión, al tiempo que daba cuenta de que rifará entre los reporteros que acudan el último día de su gobierno a la actividad matutina uno de sus relojes de pulso.

La Organización de Estados Americanos, por cierto, puso a disposición del público recientemente todos los informes en los que estuvo involucrada hasta que el gobierno de Enrique Peña Nieto dio por terminado de manera unilateral el acuerdo que permitió al existencia del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes.