El vuelo de Quetzacóatl. Foto. Cuauhtémoc Villegas/objetivo7fotógrafos.
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IV

Las montañas sagradas

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Sierra Fría, la montaña sagrada. Foto Cuauhtémoc Villegas Durán/Objetivo7fotógrafos.

Cuauhtémoc Villegas Durán.- Las montañas sagradas han sido esenciales en la fundación de las grandes culturas y religiones del mundo y más aún, guardan un mensaje secreto y codificado para ser develado a la humanidad en los últimos tiempos.

El monte Sión, donde esta asentada Jerusalem, es una montaña sagrada así como el Monte Carmelo donde Moises recibió las tablas de piedra con los Diez Mandamientos directamente de Jehova, Dios y Creador del universo.

Fue en el monte Sión donde Mahoma, fundador del Islam, tuvo una visión donde volaba, por lo que esa relIgión considera sagrado al monte desde hace siglos.

A 80 km al sur de Dublín, los magos cantaban a los robles y a la naturaleza en general, al cielo, a las estrellas, a los animales, al sol, a la luna…

A las montañas sagradas fueron el rey David, el rey Salomón, Jesucristo y más profetas, artistas y políticos, en la actualidad, en el inicio del siglo XX fue Gibran Kalil Gibran, profeta libanes autor de El loco, La montaña sagrada, El profeta entre otros títulos.

A las montañas sagradas del mundo fue el verdadero Indiana Jones que descubrió arcas de Noé en siete paises, un profeta llamado Daniel Ruzo a mediados del siglo XX que profetizó el descubriento de otras esculturas o arcas en este siglo XXI alrededor del mundo, lo que ya ha sucedido. Daniel Ruzo fue el mayor estudioso de Nostradamus.

Las montañas sagradas existen en todo el mundo y algunas son representativas de su país como el monte Fujiyama del Japón, o el Popocatepetl y el Iztacíhuatl en México. En Brasil, el cerro del Corcovado es una montaña sagrada esculpida hace milenios de años.

Alejandro Jodorovsky, el maestro del tarot y del cine negro, dirigió La montaña sagrada, una obra cinematográfica que marcó un hito en la historia de la filmografía mundial y que representa el camino de la salvación, la sabiduría divina y la inmortalidad.

Daniel Ruzo en su libro La historia fantástica de un descubrimiento, propone que las fuerzas telúricas se concentran en estos sitios, un tesoro espiritual y físico, que guardan la salvación y la salud de la humanidad, por la magia de las corrientes telúricas que hay en ellas y que se concentran por la magia de la fe colectiva, la salvación porque esperan ser utilizadas cuando el próximo cataclismo llegue y para la salud y la salvación de los elegidos, en todo momento de la historia humana.

Dice Ruzo escribe acerca de las cavernas que existen en las montañas sagradas: “Hemos encontrado esculpidos los animales simbólicos y hemos comprobado la existencia de bosques sagrados con árboles tánicos. Hemos leído los mensajes en la roca. Ellos dicen cual es el tesoro que debe ser salvado: la sangre del Hombre”.