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El robo de mercancía a trenes o camiones y asaltos a tiendas, entre otros episodios de violencia, así como un aumento de impuestos al sector de vinos y licores han golpeado fuertemente los costos de operación de algunos negocios en los últimos años y, finalmente, terminarán por golpear al bolsillo del consumidor, consideran expertos de la industria.

«Para ponerle cifras, nosotros estimamos que el costo de operación por causa de la inseguridad se ha incrementado en los últimos ocho años entre 25 y 30%. Es un costo brutalmente alto, si consideramos que no existía hace 12 años. Ahora deben considerar pagar seguro, coaseguro, escoltas, tecnología, entre otros. Esto nos lleva a concluir que el canal no crece más, porque ha tenido este factor adicional”, señala Francisco Rascón, director general de ISCAM, que se encarga de medir datos del canal mayoreo de productos de consumo, entre ellos el de vinos y licores.

Rascón advierte que las ventas pudieron haber sido mayores este año quitando el factor de la inseguridad. El canal de vinos y licores comercializa entre 27,000 y 28,000 millones de pesos (mdp) anuales en el canal mayoreo -que representa 50% de las ventas de productos de consumo en el país, el otro 50% se realiza mediante los autoservicios—, de acuerdo con ISCAM.

Desde 2017, varias empresas de la industria —entre ellas Jose Cuervo, Herradura, Tequila Sauza y Diageo— denunciaron haber sido víctimas de este clima de inseguridad. La mayoría tuvo que migrar a otro sistema de transportación para llevar sus productos a sus bodegas centrales, en el Estado de México y la capital.

Más impuestos en 2020
Por otro lado, datos de la Comisión para la Industria de Vinos y Licores (CIVyL) señalan que existe una evasión de impuestos provenientes del mercado ilegal –productos de contrabando cuya procedencia es apócrifa o adulterada o que no pagan impuestos— que llega a representar el 36% del mercado, sumando una pérdida 8,500 mdp anuales, por lo que impuestos como el de 4.5% que fue aprobado en la Ciudad de México, generarían mayor mercado ilegal.

Esto comprende desde el rompope hasta el tequila, pues se incluyen en este concepto aquellas bebidas con un porcentaje de 3% a 55% de alcohol; sin embargo, se deja afuera a la cerveza y al aguamiel, así como a las bebidas derivadas como el pulque.

“Hoy la industria de vinos y licores en México tiene una carga impositiva del 77% de los cuales el 53% lo conforma el Impuesto Especial de Productos y Servicios tasados en 2014, y la parte complementaria del 16% del IVA. Hay estudios que demuestran que un incremento en 1% en impuestos tiene un impacto en la informalidad de un 3%, en resumen un incremento de impuestos va a generar mayor informalidad y una disminución en la recaudación de impuestos”, señala Pablo de Brito, presidente de la CIVyL a Expansión.

Otros estados, como Guanajuato, Baja California, Aguascalientes, Campeche y Querétaro, también aprobaron un impuesto de 4.5%, con el fin de desincentivar el consumo de alcohol.

“Ha habido una tendencia originada por la circunstancia de necesidad de dinero para presupuestos estatales, que han recurrido al impuesto de bebidas alcohólicas. Estos impuestos obviamente no ayudan, porque desde nuestro ángulo un tema que beneficia a la recaudación pero provoca efectos colaterales, como la informalidad”, comenta Rascón.

Durante 2020, la administración de Claudia Sheinbaum prevé recaudar 60,151 millones de pesos en impuestos. De ese total, se estiman 100 millones por parte de las bebidas alcohólicas.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Tabaco y Alcohol, cuatro de cada diez menores de edad (39.8%) han consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida, y el 8.3% consumió más de cinco por ocasión en el último mes. Además, los datos señalan que este consumo no es igual entre hombres y mujeres, ya que entre 2011 y 2016 el consumo excesivo de alcohol aumentó 250% en ellas.

Según la Organización Mundial de la Salud, los costos sociales por el consumo de alcohol llegan a ser equivalents al 2% del PIB en países latinoamericanos. Estos costos contemplan atenciones médica vinculadas al consumo de alcohol e indirectos como la pérdida de productividad y capital humano, así como violencia.

Sin embargo, esta propuesta ya está afectando a industrias como la vitivinícola, que hace dos años buscaba revertir la tendencia de importación de vinos en México y que hoy representa el 70% del consumo nacional, para que el mexicano consumiera más vino nacional.

« El campo es fundamental para nosotros, en donde también hemos tenido recortes del 27%. Si no tenemos buena uva no tenemos buen vino. Este incremento en impuestos es importante para nosotros ya que afecta al productor y al consumidor, la cadena está afectada de principio a fin”, dijo Hans Backhoff, presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola.

El Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV), el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT), el Consejo Regulador del Tequila (CRT), la Comisión para la Industria de Vinos y Licores (CIVYL), Concanaco y Antad, entre otros, han insistido en que este impuesto provocará un alza del mercado ilegal por lo que en semanas pasadas han solicitado al gobierno de la CDMX frenar la propuesta sin tener una respuesta positiva.