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Nota: Cuauhtémoc Villegas Foto: gobierno del estado.

Falto de palabra como es, el gobernador de Aguascalientes no asistió como afirmo ayer al evento multitudinario de Andrés Manuel López Odrador (AMLO)y aunque lo recibió muy feliz en el aeropuerto, de inmediato lo golpeó por la espalda diciendo que el presidente organiza las rechiflas contra los gobernadores, pero ni así evitó que le gritaran y silbaran un multitudinario “Chinga tu madre”.

Gobernador gris sólo preocupado por el poder y los negocios públicos que maneja como si fueran su empresa, el cacique del PAN -que no de Aguascalientes- es un hombre odiado hasta la muerte por el pueblo que ha amenazado con lincharlo.

Orozoco es hombre que admitió estar volviéndose loco y aplica multas de 18 mil pesos a quien no cambie sus placas, quita carros legales a periodistas acusándolos de haberlos robado -como en el caso de Objetivo7 y La Voz-, pide diezmo, impulsa a sus amantes, es borrachito de cantina -aquí les les llaman catarrines a los alcohólicos como él-, roba, vendió la plaza, censura a los medios que le ayudaron y trata de destruir a los que no le lamen las patas mientras da millones a sicarios como su servil mercenario Gilberto Triana a quien también le da contratos de lonas publicitarias “para ayudarle”.