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Cuauhtémoc Villegas/Ajo Blanco

Emulo del ex gobernador y su padrino político, Carlos Lozano de la Torre, Martín Orozco Sandoval se apropió del PAN Aguascalientes para llegar a la gubernatura de Aguascalientes aunque sea destruyéndolo como ya lo hizo Lozano con el PRI cuando los militantes le permitieron hacer y deshacer hasta acabar con ese partido para brincar a dirigir Morena Aguascalientes desde la oscuridad.

Martín Orozco no sólo ha traicionado al ex gobernador Luis Armando Reynoso deteniendo a quien fuera su secretario de Finanzas y también al ex gobernador Carlos Lozano a quien ahora persigue y filtra ilegalmente las averiguaciones en su contra mientras detiene al ex contralor Fernando Solano quien sirviera a los intereses de los Lozano Rivera. Sin el apoyo político de estos dos ex gobernadores nunca hubiera sido gobernador Martín Orozco pero tampoco lo hubiera sido sin el arrastre y la simpatía de Tere Jiménez a quien ahora busca quitar de la presidencia de Aguascalientes a cualquier precio, aun que tenga que destruir al PAN Aguascalientes y apoyar al candidato de Morena. Así de malagradecido es el borracho Martín Orozco.

Orozco juega a los infiernitos deteniendo a José Luis Morales y echandose aun más a la gente en contra para debilitar a Tere Jiménez y fortalecer a Morena Aguascalientes, de la que su padrino Carlos Lozano, es cacique junto a los hermanos Monreal. Martín ya se quemó y no ve sus cenizas aunque también le apuesta a ello: a destruir al PAN Aguascalientes para jugar con sus amigos por las posiciones. El candidato de Orozco es un Medina, de una familia de caciques zacatecanos amigos de Monreal.

A Orozco lo culpa la sociedad de haber matado al comandante Rojo para detener su propia caída como capo.

A diferencia de Lozano -este sí capo de capos-, Martín Orozco es un gobernador debilitado por sus guerras contra los medios que no le sirven, por su alcoholismo y sus propia ambición y corrupción que lo terminarán hundiendo tarde o temprano.