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UNA IMAGEN. De una pistola con diamantes incrustadas y con las iniciales de Joaquín Guzmán Loera, el ‘Chapo’ fue mostrada durante el juicio.

Brooklyn, Nueva York. Río Doce.- ”¿Cómo se compara la guerra entre Arturo Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa con otras guerras que libró la organización?”, fue la última pregunta de la fiscal Gina Parlovecchio para el testigo del gobierno, Jesús el Rey Zambada.

“Más fuerte”, dijo el Rey. “Más fea. Porque era una guerra entre nuestra misma gente. Entre gente de la misma ciudad. Entre sinaloenses”, explicó. “Muy triste”.

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Durante el tercer día del testimonio del Rey Zambada, la fiscal hizo las preguntas de la actividad criminal del Cártel de Sinaloa de los últimos años, cuando el testigo estuvo involucrado en narcotráfico antes de su arresto en 2008.

Todos estos eventos, dijo el Rey, sucedieron mientras el Chapo estaba en la sierra, en La Tuna, Badiraguato, o en Las Coloradas, Durango, en casas con antenas para radios y tele, en mesetas altas entre pinos.

ASESINATOS: PISTOLEROS Y FUNCIONARIOS

Rodolfo Carrillo Fuentes (2004)

El Cártel de Sinaloa empezó a tener problemas con los Zetas a partir del 2002, después de que Edgar Valdez Villarreal la Barbie matara al hermano de Miguel Ángel Treviño Morales el Z-40, y Arturo Beltrán Leyva se negara a entregarles a la Barbie, dijo el Rey Zambada durante el tercer día de su testimonio en la segunda semana del juicio contra el Chapo Guzmán en Nueva York.

En un intento por llegar a un acuerdo de paz, según el testimonio del Rey, el Chapo se reunió con Rodolfo Carrillo Fuentes, quien trabajaba con los Zetas en ese entonces. Al despedirse, Guzmán Loera le extendió la mano en un acto conciliatorio y, según el testimonio de Zambada, Rodolfo lo dejó con la mano extendida.

El Rey se enteraría después, a través del Comandante Ruedi, un funcionario corrupto de la PGR que trabajaba para su hermano, que el Chapo había matado a Rodolfo junto con su familia saliendo de la Plaza Cinépolis, en Culiacán.

Julio Beltrán (2005)

El Rey Zambada dijo que en Acapulco se enteró de que Arturo Beltrán Leyva quería matar a Julio Beltrán, “un narcotraficante muy famoso y poderoso que hubo en Sinaloa”. Después de pedir el permiso del Mayo y el Chapo, lo acribillaron aquí en Culiacán con un cuerno de chivo.

En el enfrentamiento contra los policías judiciales de Durango que protegían a Julio Beltrán, uno de los pistoleros del Mayo quedó herido. Cuando se recuperó, dice el Rey que le contó que a Julio Beltrán lo habían “rafagueado” y le habían cortado la cabeza hasta dejársela colgando.

Intento de asesinato a José Luis Santiago Vasconcelos (2005)

A mediados de 2005, recordó el Rey, fue el primer plan para asesinar a José Luis Santiago Vasconcelos, “un policía al que todo el mundo le tenía respeto y temor porque se sabía que no agarraba dinero de parte del narcotráfico”. El Rey dijo en su testimonio que habló con Juan José Esparragoza el Azul en su momento, para decirle que era mala idea “matar civiles e inocentes” y que Vasconcelos no estaba de ningún bando, sólo hacía su trabajo.

Tiempo después se enteró que habían arrestado a unos pistoleros del Chapo y del Mayo en un intento por asesinar a Vasconcelos. Hasta ese momento, según recuerda el Rey, no lo lograron.

Roberto Velasco (2007)

Roberto Velasco Bravo era un comandante la Agencia Federal de Investigación (AFI), que trabajaba para Arturo Beltrán Leyva, dijo el Rey. El jefe de sicarios del Mayo, el Mechudo, se encargó de asesinarlo en el estacionamiento de su casa en la Ciudad de México rumbo a Tacuba. Recordó el Rey que el Mechudo después pidió 30 días de descanso porque necesitaba cirugía después de un balazo.

Nemesio (2007)

Un comandante de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SIEDO hoy SIEDO), que trabajaba para Arturo Beltrán Levya y se jactaba de estar planeando asesinar al Mayo y al Chapo. Por órdenes del Mayo, fue el Mechudo quien asesinó a Nemesio poco después de que Arturo Beltrán Leyva le pagara “millones de dólares”.

Según la narración del Rey, a Nemesio lo mataron en un semáforo de Coapa, en la Ciudad de México.

Raúl (2008)

Raúl era un venezolano que trabajaba para el Cártel de Sinaloa, sabía todas las ubicaciones y la gente que trabajaba con el cártel en la Ciudad de México, explicó el Rey Zambada. Cuando estalló la guerra entre Arturo Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa, Raúl se fue a trabajar con Arturo y, dice el Rey, el Mayo lo mandó matar.

Le pusieron un dispositivo en el aeropuerto y lo detuvieron antes de viajar. Las autoridades se lo entregaron al Mechudo, quien lo mató, recordó el Rey.

Rafita (2008)
Rafita, un comandante de la policía judicial del Estado de México, era el sicario más peligroso que tenía Arturo Beltrán Leyva, dijo el Rey porque “tenía el poder de detener gente, a quien fuera, y desaparecerlos sin mayor problema”. En 2008, el Cártel de Sinaloa mandó al Mechudo a asesinarlo.

Mechudo organizó que fingieran que atropellaban a su hijo, para lograr que Rafita saliera de su casa, donde estaba protegido. Al salir, lo asesinaron. “¿Y su hijo?”, le preguntó la fiscal Gina Parlovecchio. “El niño ni cuenta se dio”, dijo el Rey, “sólo siguió a la escuela”.

Tráfico: Tierra, cielo y mar

Tirso y el tren
Cuando no traficaban cocaína a Estados Unidos vía tracto camiones, pipas de gas o coches con compartimentos secretos, el Cártel de Sinaloa lo hacía por medio de un tren. El contacto que tenían, con quien el Rey se reunió tres veces, se llamaba Tirso.

Tirso colocaba toneladas de cocaína en tanques químicos de doble fondo dentro del tren.

Submarino y Panamá

En 2006, el Rey explicó, Arturo Beltrán Leyva, Héctor Beltrán Leyva, la Barbie, el Mayo, el Chapo y él, organizaron importar 30 toneladas de cocaína de Colombia vía Panamá. Consiguieron que el Capi Beto organizara la logística y que Harold Mauricio Poveda Ortega, el Conejo, un narcotraficante colombiano, proporcionara la droga.

Antes de salir de Panamá con todo el cargamento, la Guardia Costera de los Estados Unidos logró incautar 20 de las 30 toneladas.

Dos años después, el Rey organizó importar cocaína a México por medio de un “submarino casero” que se sumerge de 2 a 3 metros. Una embarcación rústica, en las palabras del Rey, que no puede ser detectada por satélite.

Las 5 toneladas que trataron de importar fueron incautadas por la Guardia Costera de los Estados Unidos. Pero una vez que el Rey habló con sus contactos, los siguientes dos envíos llegaron sin problema, explicó.

Aeropostal, después Aerofox

El encargado de la aerolínea Aeropostal, Chuy Villegas, no le avisó al Rey que iba a aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con cocaína en un avión comercial. Lo detuvieron en aduanas, pero el Rey logró convencer a sus contactos de que les dejaran bajar la carga.

Después de lo que el Rey describió como un largo proceso legal, cambiaron el nombre de la aerolínea a Aerofox y siguió la operación de importación de cocaína.

Cuando la interrogación hacia el Rey por parte de la fiscalía terminó, dos días y medio después de su inicio, William Purpura, el abogado de la defensa, comenzó su contrainterrogatorio.

“¿Usted tiene el don de una memoria absoluta, total?”, le preguntó Purpura al Rey Zambada mientras caminaba de un lado a otro de la sala de la corte.

“No le puedo garantizar eso, ya soy un hombre viejo”, dijo el Rey.

“Dijo recordar conversaciones de hace 17 años”, insistió Purpura.

“Así es”.

“¿Recuerda qué comió en su cumpleaños hace 17 años?”, inquirió el abogado de la defensa mientras se oían risas y sonidos de sorpresa en la sala.

El ritmo rápido del contrainterrogatorio continuó durante el resto de los procedimientos del primer día de la segunda semana del juicio en contra del Chapo Guzmán. Pregunta tras pregunta, Purpura intentó establecer que el testigo omitió información importante, cambió sus versiones en el tiempo o mintió al usar documentos con nombres falsos.

El martes 20 continuará la segunda parte del contrainterrogatorio.