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ADN.- El opositor Partido Acción Nacional (PAN, conservador) de México reeligió el domingo como su dirigente a Gustavo Madero, cuyo primer mandato estuvo marcado por la derrota de su partido en las elecciones presidenciales y su posterior acercamiento al nuevo poder para pactar reformas estructurales.

“Con 88.537 votos, que representan el 56,76%, los datos nos indican que quien obtiene la mayoría en esta jornada es Gustavo Madero”, cuyo primer mandato como dirigente se inició en 2010, anunció el presidente de la Comisión Organizadora de la elección del PAN, Francisco Gárate, después de que se computaran el 94% de los votos.

Madero, de 59 años, se impuso a su contrincante Ernesto Cordero, un actuario y economista de 46 años, que afianzó su carrera bajo la presidencia del panista Felipe Calderón (2006-2012), al ser ministro de Desarrollo Social y luego de Hacienda.

Con el 43,24% de los votos, Cordero decidió no impugnar los resultados, según la presidenta del PAN, Cecilia Romero Castillo.

El reelegido dirigente afronta el reto de recuperar el liderazgo que la corriente política perdió bajo su primer mandato, cuando en las elecciones presidenciales de 2012 ganó Enrique Peña Nieto y el PAN (cuya candidata era Josefina Vázquez) tuvo que devolver el poder al Partido Revolucionario Institucional (PRI) después de dos sexenios.

“Nuestra mirada está en buscar la mayoría en el Congreso en el 2015, ganar las gubernaturas, alcaldías y mayorías de los congresos locales, y ganar la presidencia de la República en el 2018”, dijo Madero, exdiputado y exsenador federal, tras el anuncio de su victoria y ante un enardecido quórum que gritaba su nombre.

La presidencia de México estuvo en manos panistas con Vicente Fox (2000-2006) y Calderón, después de que una hegemonía del PRI de más de 70 años.

– Corrientes contrarias –

Cordero y Madero encabezan, respectivamente, las dos principales corrientes panistas: la que está conformada por los allegados a Calderón y la que prefirió acercarse al gobierno de Peña Nieto para acordar pactos reformistas.

Así, los dos meses de campaña estuvieron salpicados por fuertes tensiones entre los candidatos, que no escatimaron denuncias cruzadas de compra y robo de los votos.

Tras llegar al poder, Peña Nieto convocó a las dos principales fuerzas políticas de México, PAN y Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), para firmar el Pacto por México, en el que acordaron un paquete de reformas estructurales en varias materias, como la educativa, financiera y de telecomunicaciones. Esto le mereció a Madero fuertes críticas por parte de la corriente de Cordero, quien en un debate de contienda dijo: “yo no me siento orgulloso de cogobernar con el PRI”.

Sin embargo, este pacto se desintegró cuando un sector del PAN manifestó su descontento ante la reforma fiscal, mientras que el PRD se opone tajantemente a una reforma energética que abrió el sector a la inversión privada nacional y extranjera.

“A partir de mañana empezamos a trabajar en la unificación del PAN para que podamos enfrentar unidos los retos que tenemos en puerta”, dijo Madero, al pedir que dejen atrás las pugnas de contienda.

“Casi la mitad de los panistas votaron por nuestra opción. No los dejaremos solos, les pedimos que mantengan el ánimo y el espíritu de lucha”, dijo por su parte Cordero, a través de su cuenta en Twitter.

Para el PAN, fundado hace 75 años, esta jornada electoral fue “histórica”, ya que por primera vez sus más de 217.000 militantes fueron convocados para elegir al dirigente nacional, en vez de delegar esta facultad al Consejo Nacional. Así, con un 72% de participación, los militantes votaron desde el domingo por la mañana en 1.258 centros, según el propio partido.