ADN.- La detonación prematura de una bomba en Siria ha acabado este domingo con la vida de al menos 29 elementos armados que luchan contra el Gobierno del presidente Bashar al-Asad.

Según el llamado Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el incidente ha tenido lugar en la provincia central de Homs, cuando los terroristas estaban colocando la carga explosiva dentro de un vehículo.

El ente opositor sirio ha barajado la posibilidad de que aumente la cifra de las víctimas mortales de este suceso, ya que hay decenas de desaparecidos e, incluso, se observan partes de cuerpos humanos en el lugar de la explosión.

Horas antes, la agencia siria oficial de noticias ‘SANA’ había reportado que miembros de bandas terroristas lanzaron dos proyectiles de mortero contra zonas residenciales de Damasco, capital, lo que se saldó con la muerte de dos civiles.

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La nueva agresión también dejó heridas a decenas personas, además de ocasionar daños materiales contra nueve vehículos, añadió la fuente.

El sábado, grupos terroristas, apoyados desde el exterior, lanzaron 17 proyectiles de mortero contra varias zonas de Damasco y Homs y causaron la muerte de decenas de personas, además de provocar daños materiales a un hospital, así como a varios vehículos y viviendas, según el OSDH.

La nueva ola de violencia terrorista en Siria se inició el viernes con el impacto de varios proyectiles de mortero disparados por terroristas en las afueras de la capital: hubo 20 heridos.

El Gobierno de Damasco responsabiliza a algunos países occidentales, entre ellos Estados Unidos, y a sus aliados regionales del derramamiento de sangre en el territorio sirio, debido a sus respaldos financieros, armamentísticos y logísticos a las pandillas terroristas que operan en este país árabe.

De acuerdo con un nuevo informe presentado el martes por el OSDH, con sede en el Reino Unido, más de tres años de conflicto armado en Siria ha dejado 150.344 civiles muertos, entre ellos 7985 menores.