La Voz de Galicia.- Lo que menos lleva una raya de cocaína es precisamente eso, cocaína. Y muchas veces, siendo nociva, es la sustancia menos mala que se puede encontrar en una dosis. Se ha visto de todo. En los laboratorios gallegos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se han encontrado muestras con matarratas, desatascadores, pesticidas, fertilizantes o detergentes. «Son cócteles mortales que es difícil entender cómo no matan a más gente de la que matan», sostienen en el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga).
¿Por qué los traficantes mezclan o cortan la droga, añadiéndole venenos de todo tipo sin sentido ni concierto? Sencillo, «para ganar más dinero». No hay otra razón, según fuentes del grupo antidroga de la Guardia Civil.
Estos mismos agentes recuerdan que la cocaína no llega a Galicia desde la selva colombiana o boliviana con matarratas ni tiza. Llega con un 80 % de pureza. El kilo, comprado por los narcos en aquellas lejanas tierras, cuesta 39.000 euros. Si la vendiesen tal y como les llega, ganarían casi el doble, pues el gramo en la calle está a 60. Pero no. Cada kilo lo convierten en tres. ¿Cómo? Pues añadiéndole dos kilos de otras sustancias. Algunas inocuas, como analgésicos o edulcorantes; otras letales, como pesticidas. Así que a aquella inversión inicial de 39.000 euros, los malandros le sacan un rendimiento de 180.000. Peor que eso es que luego, cuando esadroga ya muy cortada y con una pureza que ya bajó del 30 o 40 % cae en manos de los pequeños camellos, estos la vuelven a cortar. Y ahí ya es un festival. «Hemos intervenido papelinas en la calle que, una vez analizadas en el laboratorio, solo tenían un 4 % de cocaína».
En resumen, ¿qué se mete un cocainómano y qué estragos le causa? Juan Carlos Núñez, técnico de laboratorio adscrito a la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (Udyco), lo cuenta. Pongamos, siendo muy generosos, que un gramo contiene un 40% de coca. Ya solo eso afecta a las zonas profundas del cerebro, como el núcleo accumbens, que actúa en la gratificación. Aparte, dilata las pupilas y hace que el ritmo cardíaco crezca, así como la presión arterial.
Luego, los camellos le suelen añadir en torno a un 20 % de analgésicos, que son las componentes más habituales en la coca, ya que están presentes en 2 de cada 3 rayas. Se emplean como sustituto cuando no se quieren usar azúcares; no llegan a interactuar con la cocaína.
También suelen llevar un sobre un 8 % de anestésicos. Estos impiden en parte la alteración del ritmo cardíaco que produce la coca. Entorpecen las comunicaciones de los impulsos nerviosos, tanto en la creación como en la transmisión. Se encuentran en 1 de cada 4 muestras que se analizan.
Otra sustancia es la cafeína, con un 8 % de presencia. Se trata de un alcaloide que estimula el cerebro, igual que la cocaína, ya que trabaja como una droga psicoactiva. Por ello, potencia los efectos de ella. Se encuentra en el 11,2 % de las muestras analizadas.
También aparece mucho el piracetam como componente más neutro que se suele emplear para cortar la cocaína.
«La droga pasa por tres manos que les van añadiendo sustancias hasta que llega a la calle»
¿Saben lo que se meten ese 2,5 % de jóvenes gallegos que en el último año consumieron cocaína? La respuesta la dan los funcionarios de Sanidad encargados de la recepción de todas las partidas intervenidas por la Policía Nacional: nada bueno.
En esos laboratorios saben perfectamente que el resultado de los análisis que se hacen a una partida de un kilo de cocaína no son iguales a los que arroja un gramo incautado en la calle. «La cocaínapasa al menos por tres manos que la adulteran hasta llegar a la persona que la adquiere en la calle», advierten.
Asiente el responsable policial del grupo 4º de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (Udyco) para la represión del mediano tráfico de drogas. «Hemos visto todo y puedo asegurar que nada bueno» para la salud del consumidor. Todo, para sacar mayor rendimiento económico a la droga. http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2016/04/10/00161460241062871207577.htm