Activistas ambientales protestan en instalaciones de Semarnat contra dos megaproyectos en Sonora, el gasoducto Sierra Madre y la planta de gas natural licuado.
Por Manuel Leyva/Cortesía/Los Ángeles Press.
El colectivo “Ballenas o Gas” se manifestó en el edificio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para exigir la cancelación de dos megaproyectos: el gasoducto Sierra Madre y la planta de gas natural licuado (GNL) Saguaro, ambos ubicados en el estado de Sonora y desarrollados por la empresa Mexico Pacific en colaboración con el Gobierno de México y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con una inversión de 15 mil millones de dólares.
“Es muy importante recalcar que éste sería el gasoducto más grande hasta la fecha en México, con más de 800 kilómetros de recorrido. En el caso de la planta de gas, la extensión del proyecto equivale a 70 veces el Estadio Azteca. Todo esto ocurre dentro de una práctica que, en cada uno de sus procesos, es altamente contaminante y destructiva para el ecosistema; es una locura”, exclamó Claudia Campero, del movimiento Ballenas o Gas.
En febrero de 2022, tras la invasión de Rusia a Ucrania, Moscú tomó una de sus primeras represalias al “cerrar la llave” del gasoducto Nord Stream, que suministraba gas a Europa. Ante el temor de una escasez invernal, los líderes de la Unión Europea buscaron diversificar su mercado, lo que abrió oportunidades a otros países para exportar gas natural licuado (GNL). Así, naciones como Qatar y Estados Unidos emergieron como proveedores clave para la Unión Europea, convirtiendo a este último en el mayor exportador de GNL del planeta.
El megaproyecto del gasoducto Sierra Madre
El megaproyecto consiste en un gasoducto binacional denominado Sierra Madre, que recorrerá aproximadamente 800 kilómetros desde el campo petrolero de mayor producción de Estados Unidos, la “Cuenca Pérmica” en el estado de Texas, cruzando la frontera mexicana por Chihuahua hasta llegar a Puerto Libertad en Sonora. El gas se transporta desde Texas en estado gaseoso hasta la terminal de licuefacción en Sonora, donde se congela para convertirse en líquido. Una vez finalizado este proceso, el gas licuado se carga en buques metaneros de más de 300 metros de largo, que deberán cruzar el Golfo de California en dirección al Océano Pacífico antes de llegar a Asia.
“El gas natural licuado se ha posicionado como una energía limpia, pero eso es un mito. El GNL sigue siendo una energía fósil”, afirmó un representante del movimiento opositor.
Efectos del fracking y el transporte de Gas
El megaproyecto de gas natural en el Golfo de California plantea serios riesgos ambientales en cada etapa de su proceso. Como señala una activista, “el negocio consiste en envasar el gas de Estados Unidos y enviarlo en buques hasta China o India”.
La primera fase de este proceso involucra la extracción del gas a través de la fracturación hidráulica, comúnmente conocida como fracking. Aunque esta técnica no es nueva, su impacto ambiental es considerablemente agresivo. De hecho, desde 2011, varios países europeos, incluyendo Francia, Alemania, España, Bulgaria, Suiza e Italia, han optado por prohibirla en su territorio debido a sus efectos dañinos.
Una vez extraído, el gas es transportado por un gasoducto, lo que también conlleva complicaciones ambientales. Durante su recorrido de 800 kilómetros, las fugas de metano, el principal componente del gas fósil, se convierten en un factor significativo de emisión de gases de efecto invernadero.
Cuando el gas se encuentra en estado líquido, se transporta a través del Golfo de California hacia el Océano Pacífico, una ruta que coincide con la migración de mamíferos marinos, especialmente ballenas. Este mar, conocido como el “acuario del mundo” por su rica biodiversidad, nunca había enfrentado un tráfico marítimo de buques cuatro veces mayores que una cancha de fútbol. Este aumento en la actividad marítima contribuye a la mortalidad de las ballenas, siendo los choques con embarcaciones y las vibraciones ultrasónicas provocadas por los motores de los buques, factores críticos que amenazan a estos mamíferos.
Además, la quema del gas en su destino final en el mercado asiático representa una práctica que va en contra del Acuerdo de París, firmado por México en 2016.
Las comunidades locales y las actividades económicas que dependen de un Golfo de California limpio, como el turismo ecológico, el avistamiento de ballenas y la pesca, se verían gravemente afectadas por este megaproyecto. El Golfo alberga 695 especies de plantas y 891 especies de peces, de las cuales 90 son endémicas, es decir, que solo habitan en estas aguas. Esta biodiversidad es superior a la registrada en otros sitios marinos y insulares reconocidos como Patrimonio Mundial. Además, el Golfo de California representa el 39% y el 33% del total mundial de especies de mamíferos marinos y cetáceos, respectivamente.