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Amenizaron el Grupo Pesado y Cadetes de Linares y les entregaron aguinaldos a policías y agentes del Ministerio Público en fiesta organizada por Los Zetas

Por Juan Ricardo Montoya/Cortesía Los Ángeles Press

Dicen que Salvador Dalí, el gran pintor catalán, como una forma de brindar un homenaje a nuestro país, una vez escribió: «De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”.

Y sí. Efectivamente. Algunos de los más sangrientos y espeluznantes episodios de la vida delictiva de Los Zetas en el estado de Hidalgo son en verdad inverosímiles, más cercanos a la ficción que a la realidad.

Un ejemplo elocuente del surrealismo con el que, en muchos aspectos actuaba la banda delictiva que ha operado en la entidad fue la gran cena y baile del Día del Policía celebrado el 17 de diciembre de 2008 en Actopan, Hidalgo. La celebración fue pagada y organizada por Los Zetas según consta, en declaraciones ante el agente del Ministerio Público Federal, de policías municipales de Pachuca, arrestados por agentes de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) por trabajar y recibir sobornos del grupo delictivo.

La celebración, a la que llegaron los policías acompañados por sus esposas, novias y parejas sentimentales, se realizó en el auditorio ubicado en la planta alta del Palacio Municipal de Actopan, gobernado en aquel entonces por el ya finado Leonardo Ramírez Álvarez, conocido como ‘El Chapey’.

“En el auditorio de Actopan, Hidalgo, se hizo una cena baile del Día del Policía, todo pagado por la organización delictiva de Los Zetas” declaró ante el agente del Ministerio Público el expolicía municipal de Pachuca, José Manuel Escobedo Delgadillo, ‘El Oso’, el mismo que fue capturado junto con Jesús Garcés Jiménez ‘El Jarocho’, exdirector del grupo antisecuestros de la Policía Ministerial de Hidalgo, luego de que se les señaló como los autores de un secuestro fallido contra un joven en el restaurante Vips de Plaza Bella de la capital hidalguense y del que dimos cuenta en estos espacios la semana pasada.

En su declaración, que forma parte de la Averiguación previa PGR/SIEDO/UEIS/150/2009, iniciada por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, SIEDO, El Oso asegura que en la fiesta «tocaron o amenizaron el baile el grupo denominado Cadetes de Linares y el Grupo Pesado». Y agrega que el festejo fue pagado por ‘El Mascafierros’ o ‘El C1’, entonces jefe de la plaza del estado Hidalgo de Los Zetas, designado directamente por Heriberto Lazcano Lazcano ‘El Verdugo’, líder máximo de esa organización criminal. No obstante, “a la fiesta sólo asistieron operativos de Los Zetas, sin que se hayan presentado los jerarcas de la organización”.

Por servir de halcones o espías de las actividades del Ejército y de la Policía Federal Preventiva, los policías municipales rasos de Pachuca, Tizayuca y otros lugares percibían como sueldo por parte de Los Zetas 5 mil pesos al mes, pero como aguinaldo recibieron un sobre amarillo con 7 mil pesos en efectivo. También había policías estatales y ministeriales que recibieron sus respectivos sobres llenos de billetes.

Como ocurre en muchas fiestas de fin de año organizadas por empresas privadas, además del baile y de la cena (de cuyos platillos no hay detalles en las declaraciones ministeriales) ‘El Mascafierros’ y los otros capos, por medio de sus lugartenientes y sicarios, entregaron una bonificación económica a sus empleados, que debieron recibirla formados en efectivo y en fila india: “Al final de la cena-baile, se realizó el pago de los aguinaldos de fin de año. Fue de manera muy rápida, empezando por los municipales, que eran mayoría, después no sé a quiénes, porque como yo era municipal, después de haber cobrado nos sacaron del lugar y ya no vi más”.

Así lo señalan ‘El Oso’ y otros, que en ese entonces, eran los policías municipales que no pudieron precisar las cantidades recibidas por los estatales y ministeriales. No obstante, ‘El Oso’ aseguró haber sido testigo de la manera en que se entregaban sobres a los mandos de la Policía Ministerial. En concreto, señala a Ahuizotl Hideroa, extitular de la corporación; a Lugo Ávila Amador ‘El Bebé’, encargado de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo, UMAN, de la Procuraduría General de Justicia; al comandante Esteban Reyes Hernández, subdirector y al oficial Noé Félix Amador Ibáñez ‘El Félix’.

La fiesta era parte de los supuestos sobornos que elementos de diversas corporaciones policiacas recibieron de quienes eran los sicarios a las órdenes del Cártel del Golfo. Se realizaba como parte de los intercambios de protección, información y dinero, que hacían posible a Los Zetas realizar en Hidalgo, de manera impune, secuestros, asesinatos, además del trasiego de drogas. Sorprende, sin embargo, que en el expediente, los agentes investigadores no indagaran quién pagó el arrendamiento del salón que pertenece al municipio. Tampoco interrogaron sobre estos hechos al entonces presidente municipal de extracción priista, Leonardo Ramírez Álvarez.

Ramírez, también conocido como ‘El Chapey’, es patriarca de un clan local, originalmente de filiación priista. En el clan participan, entre otros, su esposa Adelfa Zúñiga Fuentes. La señora Zúñiga fue alcaldesa de El Arenal, una localidad a medio camino entre Pachuca y Actopan, a 20 kilómetros al noroeste de la capital hidalguense. En las dos ocasiones que gobernó El Arenal, fue postulada por el PRI, aunque ahora es flamante diputada local de representación proporcional por MORENA. Entre ambos impusieron un cacicazgo en la región que se extendió por más de dos décadas.

En una declaración rendida ante el agente del Ministerio Público otro policía, José Augusto Vega Pacheco ‘El Pino’, presunto reclutador al servicio de Los Zetas, declaró al ser detenido por la PGR que trabajaba para ese grupo delictivo. También señaló que, en enero de 2006, «me jaló a trabajar como director de la Policía Municipal de El Arenal, Hidalgo, en la administración de la licenciada Adelfa Zúñiga y con ella entre a trabajar, ya que ella es mi tía, prima de mi madre».

Con el paso del tiempo, muchos policías detenidos acusados por trabajar con Los Zetas fueron liberados, como Ahuizotl Hideroa. Otros fueron asesinados, como ‘El Pino’, ultimado la noche del 13 de mayo de 2017, en la Calzada Veracruz, cerca de la colonia Lomas de Vista Hermosa, de la ciudad de Pachuca.