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Cuauhtémoc Villegas Durán/Ajo Blanco

Aguascalientes, México.- En una campaña que no aporta para nada a la reintegración y aceptación social de los adictos, el presidente Andrés Manulel López Obrador además utiliza para tomar venganza de Los Halcones al poner en los medios el supuesto testimonio de un supuesto miembro del grupo paramilitar que reprimió y masacró a los estudiantes mexicanos en el 68 hace 52 por lo que el que da su testimonio sería un crío en esa época.

No se diga del joven que dice que ya no es rescatable por ser “un alcoholico drogadicto que no vale nada”, como si no exiserian los Derechos Humanos y leyes en México y el mundo que permiten el uso de sustancias como la cocaína y la marihuana.

En vez de poner sujetos que han sido y se han degradado por la criminazación de la sociedad ante las drogas, la campaña antidrogas debería icluir albergues de recuperación y cerrar todos los “internados” donde explotan y matan jóvenes y venden drogas y poner en los medios y las redes verdaderos especialistas en el tema que podrían ser de la Organización Mundial de Salud como sociologos, médicos, internistas además de tener respeto por el ser humano y no criminalizarlo y sobajarlo desde el Estado que ya por si permite que sus policías pisoten literalmente personas y leyes que permiten el consumo de sustancias “tóxicas” aunque en la historia de México en la época Prehispánica los gobernantes consideraban sagrada a la marihuana como aún la consideran pueblos originarios de todo el mundo, es decir los índígenas que aún subsisten al neoliberalismo y al Estado policíaco mundial.