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Nissan llevaba investigando varios meses la conducta de su presidente, Carlos Ghosn, así como la del director representante, Greg Kelly. El resultado de las investigaciones deja una conclusión demoledora para la compañía nipona: Ghosn y Kelly llevan “muchos años” declarando unos sueldos menores de los que realmente recibían.

El fabricante japonés ha explicado en un comunicado que Ghosn, quien también preside el fabricante francés Renault (la compañía francesa es propietaria del 44% de Nissan), llevó a cabo otros actos significativos encubiertos, como “el uso personal de activos de la empresa”. En el tiempo en el que realizó esa actividad, Kelly también estuvo “profundamente” envuelto, según ha confirmado Nissan.

La consecuencia para el dirigente franco-brasileño ha sido su detención por parte de representantes de la fiscalía del distrito de Tokio. Según informan medios japoneses, Ghosn ha sido interrogado acerca de ciertos ingresos que recibió y que no declaró.

No obstante, las malas noticias no terminan para el presidente de Nissan, ya que su permanencia en ese puesto puede tener los días contados. El director ejecutivo de Nissan, Hiroto Saikawa, propondrá la destitución de Ghosn como presidente, así como la de Greg Kelly de su puesto. La empresa japonesa pide disculpas por la “mala conducta” de sus dirigentes, cuyos actos han supuesto “una clara violación del deber de sus directores”.

Según la cadena japonesa NHK, la remuneración que recibió Ghosn alcanzó los 9,7 millones de dólares (8,5 millones de euros) en el año fiscal 2016. Las sospechas se acrecentaron en el año fiscal 2017, cuando reportó ganancias un total de 5,5 millones de euros, una tercera parte de los que recibió el año anterior.