0 3 min 6 años

Ajo Blanco/Cuauhtémoc Villegas

La muerte de estudiantes de la Universidad de Guadalajara es una consecuencia de la falta del Estado de Derecho en Jalisco solapado, fomentado y tolerado por las policías y los políticos,

Colonias enormes completas están en manos del narco y de la policía sin que nadie haga nada. El involucramiento viene desde lo alto y desde los 80´s cuando gobernaba al país Miguel de la Madrid Hurtado quien otorgó charolas de Policía Federal a narco como Caro Quintero quien tenía múltiples negocios en Guadalajara y Puerto Vallarta. los más suntuosos como Ford del Country en la misma colonia Providencia donde vivían y tenían cámaras de seguridad en su casas de una cuadra completa. El conocimiento de este hecho le habría costado la vida al periodista Manuel Buendía y después a un agente de la DEA y un piloto aviador mexicano.

Ambos fueron secuestrados y torturados hasta la muerte. Caro Quintero era yerno de Guillermo Cosío Vidaurri que a pesar de este escándalo llegaría gobernador y caería por la explosión del 22 de abril.

Desde entonces los polícías en sus tiempos libres la hacías dese guardaespaldas, sicarios y hasta de espías dentro de las corporaciones, pero eran pocos y no o hacían como ahora en tiempos de trabaja cuidando las plazas regionales o estatales por que sólo existían un par de carteles que estaban en arreglos con el Gobierno.

Es común escuchar historias donde la patrullas de Tonalá escoltan a narcos en sus trabajan como amenazar narcovendedores, detener adictos para saber la proveniencia de la droga para saber si hay otros carteles vendiendo, trabajan de halcones, de sicarios y un sinfín de actividades excepto servir a la sociedad.

Como ejemplo de su poder son los bloques cuando estrangulan la ciudad pues son dueño de la colonias donde están las principales vías de comunicación con otros estados.

Lo de los estudiantes es un caso que debería limpiar la corporación pero también explicar como gentes del cacique de la misma universidad gobiernan vastos territorios donde el narco es dueño de las policías.