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El cacao era muy preciado en la cultura maya, donde se asociaba con el simbolismo del inframundo por necesitar la sombra del cacahuananche para crecer, dijo Tomás Pérez Suárez, investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas.

De hecho, añadió el entrevistado perteneciente al Centro de Estudios Mayas, la palabra original de cacahuananche sería cacáhuatl (cacao) y nantzin (madre), así, su nombre significa la madre del cacao.

En el pensamiento mesoamericano esto no implica que sea malo por representar lo nocturno, sino al contrario, la noche y el día se complementan, no existe esa dicotomía como en el pensamiento occidental, destacó.

Y efectivamente, dijo el experto en el tema, el cacao se complementaba con el maíz, relacionado con el día, por crecer en milpas abiertas con la radiación solar.

Su origen
De acuerdo con Pérez Suárez, existen al menos 22 especies de cacao, donde la gran mayoría habita en el norte de la amazonia y el río Orinoco, entre Venezuela, Colombia, Ecuador y una parte de Brasil.

En Mesoamérica, existen sólo dos variedades, el theobroma bicolor y el theobroma cacao, éste último es el comercializado mundialmente, enfatizó el arqueólogo.

Los mayas fueron los primeros en domesticarlo y posiblemente lo expandieron por toda esta región hasta llegar al altiplano de Teotihuacán. Regularmente, esta planta crece en zonas tropicales húmedas, no se da en tierras altas y por ello era tan preciada entre los mayas, explicó el investigador universitario.

Y ciertamente, subrayó el entrevistado, era utilizado como moneda, uno podía comprar cosas si pagaba con cacao.

Una de sus grandes virtudes, indicó el investigador, es que contiene teobromina, un alcaloide estimulante de la producción de endorfinas, una sustancia que brinda felicidad. Por tal motivo, algunos lo utilizan como antidepresivo.

Su nombre científico fue otorgado por el botánico Carlos Linneo aproximadamente en el siglo XVII, y se trata de una palabra compuesta. Theo de raíz griega, significa dios, y broma de origen latino significa manjar. Así, teobromina se traduce como el manjar de los dioses.

En cuanto a la palabra chocolate, el arqueólogo narró que apareció a finales del siglo XVI y principios del XVII. Su origen podría provenir del maya chocol, que significa revuelto o caliente, y del náhuatl atl, con traducción de agua. Así, su traducción sería agua revuelta o caliente.

En los rituales
Existe poca información de cómo se usaba el cacao en los rituales mayas, pero por el contexto narrado en recipientes de barro lo vemos sobre todo en contextos funerarios.

De hecho, una de las vasijas más bellas encontradas por los investigadores es conocida como la chocolatera proveniente de una tumba llamada Río Azul, ubicada al noreste de Petén, detalló.

Se trata de un vaso que estaba cerrado herméticamente, y en su tapa tenía una inscripción jeroglífica con la leyenda, “esta es su vasija para su fresca bebida de cacao”.

Se analizó y se comprobó que contenía teobromina. A partir de estos hallazgos, se encontraron en muchas otras tumbas jarros de este tipo, donde lo importante era su contenido.

En otro contexto, solía aparecer en vasijas donde se narraba una celebración tomando el cacao. Al parecer, era bastante frecuente en la corte.

En el área maya, prácticamente había mucha producción de cacao, quizás estaba menos limitado el acceso en el altiplano central donde se da fácilmente, pero en la tierra alta, el cacao tenía que ser traído de la tierra caliente, por tal motivo, había restricciones, no cualquiera tenía acceso para consumirlo, enfatizó.

Y en el imperio mexica, donde se centralizaba el comercio y la producción de cacao en Tenochtitlán, se daba como tributos a los militares, concluyó.

Este material se comparte con autorización de UNAM Global