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Hay noches de verano que se vuelven eternas ya que no hay manera de dormir. El calor sí es un factor importante, pero no es el único, ya que hay muchos otros hábitos que nos hacen imposible descansar bien.

El primer factor es la comida. Para conciliar el sueño es recomendable tomar una cena ligera y a una hora temprana, la mejor opción es un alimento rico en triptófano, un aminoácido asociado a la producción de la hormona melatonina, que induce al estado de relajamiento y somnolencia.

Por tanto, hay que evitar los dulces, el café, el té y otras comidas o bebidas estimulantes y, claro está, el tabaco.

También mantener un horario preciso para dormir es relevante. Fijar una rutina de sueño es un entrenamiento cerebral que ayuda a conciliar sueño y esto ayuda a despertarse con la mente más despejada.

Es mejor encender el aire acondicionado y dormir con las ventanas cerradas y persianas bajas si éstas dejan entrar la luz de la calle a la habitación porque la glándula pineal reacciona a la luminosidad y no permite entonces que liberación de la antes mencionada melatonina.

Se debe tener en cuenta que, al poner el aire acondicionado, la temperatura no baje a menos de 21 grados ni el cuerpo esté a la corriente directa del aire frio, además, hay que guardar un recipiente con agua en la habitación para mantener un mínimo de humedad.

A pesar de lo que se cree generalmente, para enfrentarse al calor no es buena idea darse una ducha fría antes de acostarse sino una ducha templada, ya que el agua fría refrescará el cuerpo momentáneamente pero, más tarde, provocará una sensación de calor.

Es recomendable abstenerse de hacer ejercicios físicos antes de acostarse. Hacer ejercicios, aunque parezca una buena manera de agotarse para quedar dormido, hará el papel de estimulante para el organismo.

El televisor o el ordenador son los enemigos jurados del sueño, las imágenes estimulan la actividad cerebral y la luminosidad de la pantalla confunde la mente sobre la hora y perturba la rutina del sueño.

La última recomendación, no por eso menos importante, es sobre la ropa de cama y las sabanas. Es muy importante que no contengan fibras sintéticas, preferiblemente deben ser de algodón o de seda para tener un sueño más relajado.