ADN/OyT.- Antes menos de media entrada se llevó a cabo la 10° corrida de laFeria de San Marcos. Se lidió un encierro de Fernando de La Moramanejable y bien presentado en general. Fue indultado el corrido el 5° lugar, No. 223, Jilguero con 529 kgs.
Uriel Moreno El Zapata: una oreja y silencio
Arturo Macías El Cejas: silencio y vuelta tras indulto
Joselito Adame: dos orejas y silencio
Por qué comerse un marrón,
cuando la vida se luce
poniendo ante ti un caramelo.
Joaquín Sabina.
Hace algunos días una persona de la capital del país conoció Aguascalientes y con ello su máximo recinto taurino, la Monumental. Decir que se encontraba maravillado es quedarse corto, la miraba y sonreía de una manera que me llamó poderosamente la atención, segundos después le dije “bueno, pues es que imagínate está inspirada en la Catedral del Toreo, las Ventas de Madrid”.
Pero hoy hay mucho en que pensar, tal parece que la Monumental solo está inspirada en Las Ventas en cuanto a la arquitectura se refiere, pero no en cuanto al profesionalismo que toda Plaza que se precie ser de primera categoría debe tener; y el profesionalismo debe mostrarse en todos los rincones de la plaza, cada individuo que es parte del Ritual Taurino debe cumplir a cabalidad lo que le corresponda.
El primer pecado de hoy fue indultar a “Jilguero” número 223 con 529 kilogramos, la razón es sencilla: el toro era noble y eso claro que se agradece, pero no tenía bravura, entonces, se supone que perdón de la vida para un toro es por su bravura, por pelear hasta el último momento, nunca por ser bobalicón.
El segundo pecado: no tener caporal que dirija a los cabestros que salen por el toro indultado. La falta de control sobre esto que llevó casi media hora en que el de Fernando de la Mora regresara por la puerta de toriles a los corrales provocó una chunga.
Ambos pecados laceran y atentan contra la Fiesta Brava, el primero porque se reconoce la nobleza y no lo esencial, la bravura; y lo segundo porque vuelve de un Ritual Religioso como lo es la Corrida de Toros una chunga, algo grotesco.
Uriel Moreno “El Zapata” estuvo a punto de salir a hombros a lado de sus alternantes, de no haber fallado con el acero en el segundo de su lote.
Abrió plaza un toro descarado de pitones pero con poca fuerza, el tlaxcalteca lo cuidó mucho con el capote, la puya apenas se la enseñaron y el quite fue lento. Enseguida tomó las banderillas y alegró el momento aunque la colocación de estas no fue del todo buena. Disposición tuvo en los derechazos ante un toro bobalicón al que se le acabó el gas, después vinieron los naturales y las dosantinas girando. Cerró con bernardinas de gran mérito por la cornamenta del burel. Mató con entera en buen sitio y el Juez de Plaza le concedió un trofeo.
Al cuarto de la tarde solo lo probó con la capa y para poner las banderillas lo hizo de manera tan vistosa como el color de su traje. Con la muleta logró momentos que interesaron en los tendidos, toreo en redondo no solo con la muleta sino también con las zapatillas, giró, se movió. Desafortunadamente fue poco certero a la hora de tirarse a matar y se retiró en silencio.
Arturo Macías casi no pudo hacer nada con el primero de su lote, destacar el quite por gaoneras con las zapatillas fijas, en el último tercio extrajo algunos naturales y el toro se amarró al piso. En silencio se retiró el torero de Aguascalientes.
Hoy volvió a cumplirse la de “no hay quinto malo” y el matador no desaprovechó. Alegría le puso al quite, a la muleta emoción por ambos pitones y sobre todo largueza a los naturales, trayendo al toro “desde aquí hasta acá”, toreo en redondo y con el de pecho remató algunas tandas, lo anterior enmarcado por la “Pelea de Gallos”, la gente del tendido estaba emocionada y cuando Macías cambió el ayudado por la espada de matar, los pañuelos blancos aparecieron en los tendidos, en el palco de la autoridad no se decía nada y ante la insistencia el diestro se puso a pegarle más pases, entonces más ternura causó el burel, ¿cómo no perdonarle la vida a un bobalicón que pasó todas las veces que el torero quizo?, ¿cómo matar a un animal que donde lo dejarás parado se quedaba?.
Finalmente el Juez de Plaza, Jesús Herrera se conmovió y sacó el pañuelo rojo, todos muy contentos se lo agradecieron, pero… nunca se imaginaron que regresar a “Jilguero” por la puerta de toriles, sería tan complicado. Primero lo intentaron con los capotes, pero el de Fernando de la Mora no accedía, luego sacaron un cabestro que de nada sirvió, y pasados unos minutos salió otro, perdimos la cuenta de todas las ocasiones en que estos mansos entraban y salían por la puerta de toriles, aquello se volvió una pachanga. Ni los cabestros sabían cuál era su función, ni se cuenta con la presencia de un caporal que dirija la orquesta.
A la arena saltaron todo tipo de personalidades, desde los subalternos y monosabios, hasta gente sin uniforme que salió a darse a ver pero que no tiene mando en los cabestros, también el que destaza a los toros salió al redondel. Ante la falta de efectividad sacaron una cuerda, lo que nos hizo pensar que querían lazarlo, y también nos hizo pensar que no estábamos en una corrida de toros, sino en un espectáculo del tipo “Cuernos Chuecos”.
Aunque no hubo alguien capaz de conducir al de Fernando de la Mora al corral
Pero al parecer la chunga se les hizo poca, entonces la Banda Municipal amenizó con un pasodoble. Qué raro que un toro tan noble, y que según la mayoría de los ahí presentes merecía el indulto, haya sacado la “casta” al final y ni a patadas quería regresar por la Puerta de Toriles. Después de casi media hora lograron volverlo a los corrales y los mismos que casi lloraban porque se le perdonara la vida al toro fueron quienes le protestaron a Arturo Macías cuando fue a saludar al ganadero (que tuvo sentido de la honestidad y no salió a dar la vuelta al ruedo).
Joselito Adame entendió la filosofía de Sabina y aprovechó los dos caramelos que le tocaron en suerte.
Saludó a “Olvidado” con una larga de rodillas y de pie le puso sabor a las verónicas, quitó con chicuelinas y un recorte muy torero. Las banderillas bien a pesar de que el astado se quedó parado. Su faena de muleta tuvo como fondo la Pelea de Gallos, toreo básicamente por derechazos y terminó con ajustadas bernardinas. Se tiró a matar para dejar entera en buen sitio que le valió para que le fueran entregadas dos orejas.
Al finalizar el festejo Arturo Macías y Joselito dieron una vuelta al ruedo en hombros.