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El Cacarizo Appendini no siente la viga en su propio ojo, pero ve la paja en el ajeno..
El Cacarizo Appendini no siente la viga en su propio ojo, pero ve la paja en el ajeno..

Enrique Appendini es un gato castrado de Martín Orozco Sandoval que no conoce la ética y por el sueldo y el hueso es capaz de destruir vidas y honras ajenas. Es un hombre vil y bajo: un verdadero crápula al servicio de los más oscuros intereses.

Su hermano Manuel también es un mentiroso que en busca del aplauso fácil dice que no existe el periodismo de investigación en Aguascalientes. ¿Quienes mienten, Objetivo7 o los hermanos Appendini productos de la derecha cerrada y fascista de Aguascalientes? Manuel sólo ha podido sostenerse en un medio derechista dependiente también del Estado. Objetivo7 no depende Estado ni de ningún empresario: no lamemos botas.

En Aguascalientes fue Rodolfo Franco el primero que hizo periodismo de investigación. Luego fue Objetivo7 y luego la Contraportada. Appendini hacía “reportajitos# tontos de filtraciones que le llegaban para perjudicar a Carlos Lozano cuando era candidato. ¿Quién miente?

La Jornada Aguascalientes era un periódico light que no pasaba de las declaraciones de políticos. Ni siquiera hacía uso de los datos.

No fue Objetivo7 quien a cambio de un sueldo recibió órdenes de atacar a Lorena Martínez, fue el Cacarizo. No fue Objetivo7 quien difundió mensajes por celular unos días antes de la elección diciendo que Lorena Martínez era lesbiana casada con una extranjera. Obviamente fueron los voceros del PAN. No fue Objetivo7 el que dijo que Martín Orozco tenía una gasolinera, lo dijo José Luis Novales. Appendini siempre lo ocultó como oculta las otra tres en las que Martín Orozco supuestamente tiene participación. No es Objetivo7 quien miente acerca de sus ingresos simplemente no los tiene. ¿Appendini ya dio a conocer su bienes antes de entrar más de lleno a al Estado y también publicó los conflictos de interés con su hermano?

No fue Objetivo7 quien trató de ocultar la ley que quitó el himno nacional de las escuelas publicas como una obligación de tocarse los lunes en la mañana. Fue una iniciativa del PAN en la que todos los partidos en congreso ocultaron luego de aplicarle en su afán de destruir el país y entregarlo al capitalismo salvaje. Y, aunque ni fue Objetivo7 el que hizo la ley y si el segundo medio en todo el país en publicarlo, fue acusado de mentir por panistas, en Facebook. Mintieron ellos. La ley se aplica.

No es Objetivo quien mantuvo y mantiene al Ahí Semanal de Armando Vázquez, hombre si mentiroso que dijo que Objetivo7 era producto del narco sin ninguna prueba para luego decir que era parte de la Secretaría de gobernación. Ninguna de las dos acusaciones cierta, son los panistas quienes mantienen a ese medio donde el chayotero y arrastrado reportero acusa a Objetivo7 de chayotear por el hecho de ver a sus director bien vestido con un traje que aun debe a Provident. Qué fácil lanzar acusaciones y pagar a sicarios a alguien que ni siquiera se revuelca como ellos con los políticos.

No es Objetivo7 quien anda diciendo que los chayoteros mediocres son profesionales para justificar el derroche, es Appendini quien además les paga del dinero del erario.

No es Objetivo7 el que anda repartiendo dinero entre los medios de comunicación que si mienten para destruir candidatos y periodistas es el cacarizo Appendini.

La lista contra el Cacarizo y su Patroncito del Mal sería interminable, no continuaré, que con su PAN y sus chayoteros se trague la mierda que escupe por el hocico.

Nos hemos equivocado como periodistas, pero los enfermos de la mente, los que mienten constantemente son ellos.

Por cierto, no sólo ellos han tenido familiares periodistas, mi hernano Bonifacio fue corresponsal de Impacto en Jalisco y David fue de los primeros columnistas de turismo y no pido por eso un trato especial como los Appendini, tampoco me siento de sangre azul y tampoco lo presumo.

El mundo al revés por los intereses de castrados sin ninguna ética ni conciencia de sus deplorables actos. Todo se paga dice el dicho, Cacarizo, todo.