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Brooke, uno de los cien aviones de Volaris. Foto: Cuauhtémopc Villegas Durán/Objetivo7fotógrafos.

Ciudad de México.- El incidente aéreo que casi termina en una tragedia no fue un hecho fortuito sino parte de la problemática de navegación en el espacio aéreo mexicano y un exceso de tráfico aéreo el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

El exceso de tráfico no sólo produce retrasos de llegadas y salidas de los aviones en ese aerpouerto sino en el resto de aeropuertos del país retrasando los vuelos hasta 12 ó 14 horas, como sude a diario en los aeropuertos de Guadalajara, Monterrey y Cancún entre otras terminales aéreas, implicando gastos y molestias para los pasajeros que a veces no tienen ni donde sentarse pues las salas de estos aeropuertos se saturan mientras el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, el Felipe Ángeles, es subutilizado por intereses ideológicos y ecónomicos de políticos de la extrema derecha mexicana y empresarios del sector aéreo coludidos contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.