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Robando y empobreciendo personas y familias completas al quitarles sus transportes.

Recuerdo el día que llegué de Vallarta, afortunadamente tenía para el taxi ya que a las tres de la mañana la ciudad estaba sitiada por la policía muncipal que roba a los pobres, mata personas, persigue a los adictos a pesar de que el código penal para que las personas que fuman marihuana y no venden ni pertenecen a los grupos delictivos puedan fumar como ya sucede en los países del Primer Mundo, sabía yo que el cuerpo policiaco en manos de la alcadesa Tere Jiménez -prima del Rubio Jiménez jefe del cartel de Sinaloa en este estado- es una bomba de tiempo pero mientras reprimen como ya lo hicieron lo que las gentes han dado a conocer a través de las redes sociales.

Y empezaron los retenes y una detención gracias a un taxista que siguió una camioneta de Copel robada porque en el C4 alguién cambió la información que dieron a los patrulleros que buscaban una camión de la Coca Cola.

Y con los retenes también las detenciones de los que andan a pie, tomanddo el camión, a los que que les acarician hasta los genitales con sus mentes retorcidas por el poder omnímodo que les da el Estado fascista mexicano que les entrega una licencia para matar y robar civiles y cuidar a carteles del narco.

Los policías roban hasta los diez pesitos para el camion que traen los pobres que tienen la mala fortuna de encontrase con los bien llamados puercos que cuidan la plaza divida entre los carteles a los que el gobernador Martín Orozco les ha entregado la plaza en su ambición sin límites que lo lleva a pedir para su bolsilllo el 50 por ciento de las donaciones, más los diezmos de 25 por ciento de la obra pública, el saqueo enfermizo a las arcas del Estado y a los bienes de las personas como los autos más otro negocios como el pago de la plaza por parte de los carteles que le hacen convirtiendose en un multimillonario que como Pablo Escobar, tiene enterrarrados sus bultos dinero en sus ranchos, terrenos y casas.

Tere Jiménez ya va rumbo al Senado a seguir con sus moches y sus tranzas y nosotros tendremos que aguantar a los cerdos y ver el infierno que viene como en los tiempos de Gabriel Arellano con los narcos de La línea que Gabriel Arellano trajó dessde Chihuahua disfrazados de policías de la Cipol quienes mataron alrededor de 70 policías de Aguascalientes, y decenas de tiradores e inocentes.

Y, a pesar de la de la represión y retenes ayer hubo una ejecución, un intento de asesinato y tres robos armados.