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En el panteón guerrillero, Haydée Tamara Bunke Bíder, más conocida como Tania es el contrapunto femenino del Che. Se la suele representar con un fusil al hombro, aunque murió el 31 de agosto de 1967 sin haber disparado un solo tiro ni participado en combate alguno. Tania fue un “topo” sorprendido fuera de su madriguera por las circunstancias; obligada a jugar un papel fuera de libreto.

Tania fue un componente, quizá el más escondido y secreto, del complejo entramado de la Operación Fantasma y los planes cubanos para instalar guerrillas en el Cono Sur. El 12 de mayo de 1961, arribó a La Habana, merced a una invitación del Ballet Nacional de Cuba. Hasta 1963, trabaja como traductora del Ministerio de Educación. Un anochecer de marzo de ese año, su vida dio un enorme giro. Manuel Piñeiro, jefe de la inteligencia isleña, la convocó a su casa. Le propuso que abandonara el trabajo público, y que se preparase para la vida clandestina: querían enviarla en secreto a un país desconocido. Aceptó el reto. No sabía que examinaron previamente sus antecedentes políticos y familiares. Rito de pasaje y de cambio de vida al mundo del clandestinaje, escogió el nombre de guerra de Tania. Rememoraba a Soja Anatoljewna Kosmodemjanskaja, joven soviética de 18 años, del mismo alias, ejecutada el 29 de octubre de 1941 por las fuerzas alemanas de ocupación.

Tania se desprendió de sus amigos y amigas. Inventó una excusa para explicar su desaparición y se sumergió en el mundo de lo misterioso. Desde principios de abril de 1963, y por casi todo un año, recibió un sofisticado y avanzado entrenamiento en inteligencia. Se usaron los métodos aprendidos de los soviéticos y los “expropiados” de la CIA. Inteligente y motivada, su aprendizaje dejó conformes a todos. Su examen final lo rindió en la ciudad de Cienfuegos. Con el nombre falso de Tamara Lorenzo, ciudadana cubana, llegó el 21 de febrero de 1964. Debía actuar como una supuesta saboteadora sin ser descubierta. Pasó la prueba.

A fines de marzo, se reunió con el Che. Recibió del comandante Guevara instrucciones para su misión en Bolivia: establecer nexos con los sectores dominantes y observar las condiciones socio-políticas del país, esperar pacientemente hasta ser (re)contactada por La Habana y nunca desesperarse ni solicitar ayuda alguna, ni siquiera a las organizaciones de izquierda.

El 9 de abril de 1964, inició su periplo rumbo a Bolivia. Viajó de La Habana a Praga bajo la identidad falsa de Haydée Bydel González, ciudadana cubana. La seguridad checa le proporcionó otro documento bajo el nombre de Mirta Iriarte, de origen argentino. Lo utilizó para recorrer Italia y Alemania Occidental. Parte el 13 de Abril. Viajó durante seis semanas por Holanda, Alemania Occidente y finalmente, Italia. Permaneció seis semanas. Durante la travesía, debía comprobar la validez de su manto y poner a prueba su capacidad de vivir en un país capitalista, bajo el constante peso de asumir una doble personalidad y el asedio de extraños.

El 24 de mayo, retornó a Praga. Estaba previsto que, una vez vencida la prueba, saliera para Bolivia. Usaría la falsa cobertura de Vitoria Pancini, italiana nacida en la empinada frontera entre aquel país y Austria, en el Tirol Meridional. Para dar los últimos toques, el 11 de Junio, José Pérez Abad, Diosdado, arribó a Praga. La evaluación del recorrido por Italia y Alemania demostró la habilidad e imaginación de Tania para enfrentar situaciones complicadas. Surgió, sin embargo, un obstáculo insalvable pues derrumbaba la cobertura. Tania no hablaba bien el italiano, al menos como para pasar por una ciudadana de ese país sin despertar sospechas. La constatación alteró todos los planes. Evaluaron que se requeriría al menos un año para subsanar la barrera lingüística; y aun así, la leyenda biográfica no sería completamente segura.

No quedó otro remedio que detener la salida de Tania. Con el consentimiento de La Habana, se empezó a elaborar su nueva identidad. Se la prefiguró por donde debió haber comenzado: su origen argentino. Se mantuvo el perfil de una etnóloga interesada en el rico folklore boliviano, pero se reforzó la parte germana de Tania; al fin y al cabo, aducía haber vivido en su parte occidental y que su madre ficticia tenía ese mismo origen.

A la par que se implantaba la nueva leyenda y memorizaba más cosas sobre la vida cotidiana, política y económica de Argentina, aprovechó para perfeccionar su entrenamiento físico, a fin de evitar que sus reflejos menguaran. El 5 de Agosto, con el pasaporte de Iriarte, partió para Alemania Occidental. Para dar verosimilitud a su nuevo ropaje, identificó casas y personas que memorizó para fortalecer su leyenda. Retornó a fines de mes. Vencida la prueba, el 1 de noviembre de 1964, dejó Praga definitivamente. Tras permanecer en Viena, se dirigió a París para abordar un avión rumbo a Sudamérica.

¿Por qué La Habana demoró casi seis meses y medio en autorizar su desplazamiento? Una justificación plausible es que fue necesario rearmar el nuevo manto de Tania y reciclarla en nuevas técnicas operativas. No hay evidencias, sin embargo, de que los servicios cubanos apuraran al dueto a terminar con el encargo. Quizá la respuesta esté en las características de la propia misión de Tania. En Abril de 1963, cuando la reclutaron, la Operación Fantasma estaba en pleno desarrollo. Las expectativas cubanas sobre su potencialidad eran crecientes. El ELN se aprestaba a ingresar al Perú mientras las pequeñas tropas del EGP de Jorge Masetti se entrenaban en Argelia. Un año más tarde, ambas fuerzas fracasaron estrepitosamente en instalar una guerrilla. Como si fuese poco, el 23 de agosto de 1964, Bolivia rompió relaciones con Cuba y expulsó a los integrantes de la embajada en La Paz. Tania quedó sin socorros y contactos, inducida a extremar esfuerzos y precauciones…

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Historia de Ita: documental sobre Tania, la guerrillera

En su corta e intensa vida debió adoptar personalidades y nombres distintos como Haydée, Tamara, Vittoria, Marta y Laura, pero la luchadora internacionalista que siguió la ruta del Che por la selva boliviana pasó a la historia como Tania la Guerrillera.

Nació en Argentina, de padre alemán y madre polaca, Tamara llegó a Bolivia en 1964 con el nombre de Laura Gutiérrez Bauer, a fin de crear condiciones para abrir un frente revolucionario.

Llegó como especialista en etnología y estudiosa del folclore, así logró infiltrarse en todas las esferas del gobierno.

Historia de Ita es la serie documental con guión de Adys Cupull y dirección de Froilán González, quienes recogieron testimonios exclusivos de personalidades cubanas y extranjeras que conocieron directamente a la única mujer de la guerrilla del Che en Bolivia: Haydeé Tamara Bunke Bíder, la legendaria Tania, caída en combate el 31 de agosto de 1967 en la emboscada de Río Grande.

Era una muchacha físicamente atractiva, carismática, culta, que dominaba cuatro idiomas y tocaba el acordeón y la guitarra, además de practicar deportes. Hugo Herrera, quien tuvo oportunidad de conocerla cuando trabajaba en el departamento de Folclore del Ministerio de Educación, la recuerda como una joven hermosa y activa, que siempre estaba muy atenta a todo lo que ocurría.

Tania conoció al general René Barrientos, presidente de Bolivia en ese entonces, por lo que se relacionó con importantes figuras, entre ellas el jefe de la Dirección Nacional de Informaciones de la Presidencia, Gonzalo López Muñoz, y el ministro de Defensa, Alfredo Ovando. En La Paz se vinculó también a los pintores Juan Ortega Leytón y Moisés Chire Barrientos e impartió clases de idioma alemán a hijos de la oligarquía para obtener información que fue útil al movimiento rebelde.

‘Su vida fue muy intensa y ella amó a Bolivia’, afirma el historiador cubano Froilan González, entrevistado durante el estreno en La Paz del documental ‘Historia de Ita: Relatos inéditos de la vida de Haydeé Tamara Bunke Tania la Guerrillera’.

El documental lleva el título de ‘Historia de Ita’ porque su madre contó que cuando era niña la llamaban Tamarita y como estaba tan pequeña sólo pronunciaba Ita y ese fue el nombre que usó en toda la correspondencia con la familia, dijo González.

Tania nació en Argentina y a los 14 años se trasladó con sus padres a la República Democrática Alemana, desde donde siguió de cerca todos los acontecimientos en su país y en América Latina, en particular el triunfo de la Revolución Cubana.

En Berlín, trabajó como traductora de delegaciones latinoamericanas y fue así como conoció a Ernesto Che Guevara, cuando era ministro de Industria, y a la directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, quien la llevó a La Habana.

En el país caribeño trabajó en el Ministerio de Educación, en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y en la dirección de la Federación de Mujeres Cubanas, se hizo miliciana y participó en varios trabajos voluntarios.

Cuando le encargaron la misión en Bolivia adoptó el nombre de Tania en honor a una joven rusa llamada Soja que luchó contra los nazis bajo ese seudónimo y fue apresada, torturada y ahorcada.

Tamara salió de Alemania en 1961 y nunca regresó, y su madre Nadia Bider, desesperada por no tener noticias de ella, decide hacer un viaje a Cuba en 1964, cuenta el historiador. Allí se entrevistó con un oficial, quien le dice que ella estaba bien, estudiando en un curso y le muestra una foto donde está muy transformada y es casi imposible reconocerla, pero su madre miró fijamente sus ojos y dijo: sí es ella.

Tania llegó a Bolivia como parte de una red clandestina, sin embargo, tuvo que incorporarse a la guerrilla en marzo de 1967 cuando en un viaje al campamento de Ñancahuazú dos miembros del movimiento rebelde desertan e informan de su presencia y ya no puede salir de allí.

En su diario, el Che escribe: ‘todo parece indicar que Tania está individualizada, con lo que se pierden dos años de trabajo bueno y paciente…’ Ella integraba el grupo de la retaguardia comandado por Juan Vitalio Acuña (Joaquín) y una de sus tareas era escuchar las distintas emisoras de radio bolivianas, argentinas y cubanas e informar de lo que estaba sucediendo, afirma el historiador. Durante cinco meses debió enfrentar la dura vida en la selva boliviana, la falta de agua y de alimentos, el mal tiempo y la constante hostilidad enemiga.

El 31 de agosto de 1967 la columna guerrillera cae en una emboscada cuando cruzaba el Río Grande. Tania fue la penúltima en sumergirse en la corriente, justo delante de Joaquín, quien cubría las espaldas de sus compañeros. Cuando se escucharon los primeros disparos, ella intentó tomar el fusil, pero una bala le atravesó el pulmón y fue arrastrada por las aguas. Su cuerpo fue encontrado una semana después. Le faltaban poco más de dos meses para cumplir 30 años.

De acuerdo con el historiador cubano, en Vallegrande la imagen que tienen los pobladores de la única mujer en la guerrilla del Che es un poco mística. El pueblo boliviano la convirtió en leyenda y se dice que sale del río cuando hay niebla con una gran cesta de flores y frutas, narra el investigador.

Un poema escrito en su libreta de notas dice: ‘¿Nada será mi nombre alguna vez?/¿Nada dejará en pos de mí en la tierra? / Al menos flores, al menos cantos…’

A Tania se le conoce como la Flor del Río Grande y en el sitio donde fueron hallados sus restos en Vallegrande hay una lápida cubierta por rosas blancas.