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220px-anthonis_van_dyck_088Judas Tadeo y Simón Santos
Fiesta Litúrgica, 28 de octubre …Judas Tadeo, quien según la tradición católica -no así la protestante- sería hijo de Cleofás y posiblemente hermano de otro apóstol, Santiago el Menor,5 parece haber gozado de varios nombres. San Jerónimo de Estridón lo llamó «el Trinomio», es decir, con tres nombres.6

«Judas» es una palabra hebrea que significa «alabanzas sean dadas a Dios». El término poseía una significación positiva, que posteriormente tornaría en negativa debido a otro apóstol, Judas Iscariote, nombre proverbial en el habla popular y símbolo universal de traición y alevosía.7

«Tadeo» puede significar «el valiente», «hombre de pecho robusto». El término proviene del idioma arameo, «taddà’», que quiere decir «pecho» y, por lo tanto, suele implicar «magnanimidad». De allí también la variante «Lebbeo»,8 proveniente de una raíz hebrea que hace referencia al corazón, y que significaría «hombre de corazón tierno» o «niño del corazón».6 Nota 1 Aunque menos probable, también se ha atribuido el término «Tadeo» a una abreviación derivada del nombre griego «Teodoro» o «Teódoto».9

Algunos escrituristas, sin embargo, sostuvieron que Judas de Santiago y Judas Tadeo no serían la misma persona.10 Se han propuesto teorías alternativas para explicar la discrepancia entre los evangelios: el reemplazo no registrado de uno por el otro durante el ministerio de Jesús causado por apostasía o muerte;10 la posibilidad de que el número de doce para los apóstoles fuera un número simbólico o una estimación;11 o, simplemente, que los nombres no fueron registrados perfectamente por la Iglesia primitiva.12 Con todo, estas líneas de interpretación son hasta ahora minoritarias. Algunos autores que sostienen la línea de pensamiento clásica indican que, dado que el nombre «Judas» resultó tan mancillado por Judas Iscariote, resulta natural que los Evangelios de Marcos y de Mateo se refieran a «Judas de Santiago» con el nombre alternativo: «Tadeo».

Incluso en los Evangelios, los evangelistas se sentían avergonzados de mencionar el nombre de Judas. Su prejuicio es bastante evidente. En el pasaje en el que (el Evangelio de) San Juan habla de Tadeo, pasó rápidamente sobre el nombre, y se apresuró a añadir: «Judas, no el Iscariote …» Aún más sorprendente es el hecho de que ni Mateo ni Marcos mencionan nunca el nombre completo de este apóstol, Judas Tadeo, sino que simplemente lo llamaron «Tadeo». Uno puede asumir correctamente que los evangelistas querían restablecer el buen nombre de este apóstol entre sus compañeros y, sobre todo, entre la gente. Utilizando sólo su apellido, podrían eliminar cualquier estigma que su nombre podría haberle dado.13
Otto Hophan
Judas Tadeo en las Sagradas Escrituras[editar]
Por lo comentado anteriormente, Judas Tadeo es así llamado tradicionalmente por unir al menos dos nombres diversos: mientras los Evangelios de Mateo y de Marcos lo llaman simplemente «Tadeo» (o su variante, «Lebbeo») (Mateo 10, 3; Marcos 3, 18), Lucas en su Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles lo llama «Judas de Santiago» (Lucas 6, 16; Hechos 1, 13).

San Judas Tadeo, fragmento de un fresco realizado por Bicci di Lorenzo (1373–1452). Museo dell’Opera del Duomo (Florencia).
Forma parte del llamado «tercer grupo de apóstoles». Junto con Simón el Cananeo (o Simón el Zelote) y Judas Iscariote, son los apóstoles más judaizantes.8 La expresión «Judas de Santiago» que aparece en Lucas 6, 16 puede entenderse como «hijo» o también «hermano» de Santiago.14 Si acaso significara «hijo de Santiago», sería definitivamente distinto de «Judas, hermano de Santiago» (o «hermano de Jacobo» en la traducción de Reina-Valera), autor de la Epístola homónima (Judas 1:1).

Judas Tadeo es uno de los apóstoles menos mencionado. En los Evangelios, además de la aparición de su nombre en la nómina de apóstoles, sólo es nombrado una vez, en el Evangelio de Juan, donde el evangelista menciona una petición de Judas Tadeo a Jesús durante la Última Cena:

Le dice Judas –no el Iscariote–: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?» Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.»
Juan 14, 22-23
La pregunta define en parte la personalidad atribuida a Judas Tadeo:

En primer término, llama la atención la dificultad que produce llevar un nombre que remite al traidor, lo que provoca que el propio evangelista haga la aclaración: «Le dice Judas –no el Iscariote–». Bastan estas breves palabras del Evangelio de Juan para configurar la fisonomía espiritual de un hombre que debió cargar valientemente toda su vida con un nombre con connotación harto negativa.2

San Judas Tadeo (c. 1615-1620), de Georges de La Tour. Museo Toulouse-Lautrec, Albi, Francia.
La pregunta de Judas Tadeo es un eco de la objeción que los judíos y paganos presentaban a los cristianos que afirmaban la resurrección de Jesucristo. Por ejemplo, para Celso (siglo II) el argumento más fuerte en contra de Cristo es su humillante muerte en la cruz, absolutamente indigna de una divinidad, por lo que comparó los relatos de la resurrección con los que circulaban de otros personajes de la cultura griega:
Las viejas leyendas que narran el nacimiento divino de Perseo, de Anfión, de Eaco, de Minos, hoy ya nadie cree en ellas. Por lo menos dejan a salvo cierta verosimilitud, pues se atribuyen a esos personajes acciones verdaderamente grandes, admirables y útiles a los hombres. Pero tú ¿qué hiciste o dijiste hasta tal punto maravilloso? En el Templo la insistencia de los Judíos no pudo arrancarte una sola señal que pudiera manifestar que eras verdaderamente el Hijo de Dios.
Celso, Discurso verdadero contra los cristianos, pág. 5
Orígenes, citando a Celso, escribió:
Si quería realmente hacer ostentación de su poder, debería haberse aparecido a los que lo insultaron, al juez que lo condenó y a todo el mundo absolutamente.
Orígenes, Contra Celso, II, 66
Comentando la pregunta de Judas Tadeo, el papa Benedicto XVI escribió:
También nosotros preguntamos al Señor: ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda(…): al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto.9
Benedicto XVI
Si se identifica a Judas Tadeo con Judas de Santiago, también es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, como uno de aquellos que, después de la resurrección y ascensión de Cristo, permanecieron orantes a la espera de la venida del Espíritu Santo:

“Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. Y cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían. Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.”
Hechos 1, 12-14
Judas Tadeo: hagiografía, tradiciones y leyendas[editar]
Según la tradición oriental, Judas Tadeo habría muerto en Beirut de Edessa (Líbano), mientras que para la tradición occidental —tal como aparece en el martirologio romano desde el siglo VIII— evangelizó la Mesopotamia para luego reunirse con Simón el Cananeo y predicar varios años en Persia (incluyendo la zona de la actual Armenia) para ser finalmente martirizados en Suamir (Persia), aproximadamente en el año 62 de nuestra era.1 15

San Judas Tadeo, portando sobre su pecho una imagen de Jesús con forma de medallón. (Santuario de Heisterbacherrott, en Renania del Norte.)
En la tradición siria se ha identificado a Tadeo con Addai, el mensajero que -por encargo de Jesús- le habría llevado una imagen de su maestro al rey Abgaro V de Edessa (también conocido como Abgar) cuando estaba enfermo, con la finalidad de que se curase.2 Eusebio de Cesarea recoge la historia de Tadeo y el soberano de Edessa señalando que, luego de la resurrección y ascensión de Jesucristo, «Tomás —uno de los doce apóstoles—, envió a Edessa como heraldo y evangelista de la enseñanza de Cristo a Tadeo (que pertenecía a los setenta y dos discípulos de Cristo)» con lo que la promesa de Jesús se completó.16 Eusebio distingue entre Tadeo el Apóstol (miembro del grupo de los doce) y Tadeo, uno de los setenta y dos, por lo cual la identificación entre ambos derivaría de una confusión. Sin embargo, en esta tradición se basó el esquema de un tríptico de íconos de ca. 950, del monasterio del Sinaí, del que se perdió el panel central -probablemente conteniendo una imagen de Cristo-; en el panel izquierdo está representado un joven e imberbe Tadeo, vistiendo palio y túnica; y en el panel derecho, el primer rey cristiano de Edessa, Abgar, recibiendo el retrato.3 El medallón conteniendo el retrato de Cristo, con el que se representa modernamente a Judas Tadeo, proviene de esa tradición legendaria.

San Judas Tadeo, martirizado con maza y decapitado con shamsir. Hartmann Schedel, Crónicas de Núremberg.
Existe una Pasión de origen latino, llamada Hechos de Simón y Judas, que Lipsius atribuye al siglo IV o V. En ella se narran los milagros, conversiones y martirios de estos apóstoles. Se encuentra en la denominada Colección de Abdías. El relato se sitúa en Persia y Babilonia.17

Según el relato, después de predicar y obrar milagros, convirtieron al cristianismo al rey Acab de Babilonia. Luego, su tránsito por Persia habría sido más tortuoso y difícil. En su peregrinaje junto con Simón el Cananeo, recorrieron todo el territorio predicando, convirtiendo y bautizando a sus habitantes. Al entrar a la ciudad de Suamir, habían sido sorprendidos por dos hechiceros paganos llamados Zaroes y Arfaxat que les obligaron a adorar a sus dioses. Al negarse a adorar a sus dioses, ambos fueron sentenciados a muerte.

Según la tradición católica, a Simón el Cananeo lo martirizaron aserrándolo por medio, y a Judas Tadeo le habrían aplastado la cabeza con una maza y se la habrían seccionado con un hacha o un shamsir. De allí que se lo represente con alguno de estos instrumentos de muerte en la mano. Hasta el siglo XIV se personificó también a Judas Tadeo con alabarda (ver imagen de San Judas Tadeo en la Basílica de San Juan de Letrán), o con espada.3

Estatuas en madera policromada que representan a seis apóstoles, ubicadas en la cripta de la Basílica de San Saturnino de Toulouse en Francia. La cuarta representa a Judas Tadeo con una maza en la mano derecha.18 Esta basílica se atribuye la guarda de algunas reliquias del apóstol.
Al conocer la noticia de la muerte de estos apóstoles, el rey Acab de Babilonia habría invadido el lugar con sus soldados, recogido los cuerpos de Judas Tadeo y Simón el Cananeo, y llevado los mismos a la ciudad de Babilonia. Cuando los musulmanes invadieron Babilonia, los restos habrían sido sacados secretamente y llevados a Roma. En el año 800, el papa León III le presentó a Carlomagno un conjunto de restos óseos, declarando que eran las reliquias de ambos santos. Carlomagno habría conducido una parte donada de esas reliquias a Francia. Hoy, parte de las reliquias se veneran en una cripta de la Basílica de San Pedro y otra parte en la Basílica de San Saturnino de Tolosa, en Toulouse (Francia).

Por ello, la Iglesia de occidente celebra conjuntamente a Judas Tadeo y Simón el Cananeo, en tanto que la Iglesia de oriente desglosa las respectivas festividades.

Según otra tradición, las reliquias habrían sido llevadas a un monasterio del rito armenio localizado en una de las islas del lago Issyk-Kul, en Kirguistán, donde habrían permanecido hasta mediados del siglo XV. Posteriormente, las reliquias habrían permanecido allí, o habrían sido trasladadas a un lugar aún más recóndito, en la Cordillera del Pamir (que abarca Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, Pakistán y China).19

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Fiesta Litúrgica, 28 de octubre.

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