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La asesinaron, le desaparecieron a su hijo y ahora los juzgan

Río Doce.- La Procuraduría General de la República (PGR) realizó investigaciones sobre la desaparición del hijo de Sandra Luz, la activista asesinada a balazos el 12 de mayo en esta ciudad capital, y en el expediente que integró fue incluido el nombre de Joel Valenzuela como presunto responsable del levantón de Édgar Guadalupe García Hernández.
Fuentes cercanas a las indagatorias señalan que las pesquisas fueron realizadas por la Mesa 6 del Ministerio Público Federal, con sede en esta ciudad capital, y como no es competencia de la PGR, fue entregado a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) hace alrededor de dos meses e incluido en el expediente elaborado por la fiscalía estatal.

El jueves 22 de mayo, el procurador General de Justicia, Marco Antonio Higuera Gómez, negó que el nombre de Valenzuela esté en la averiguación previa integrada por las autoridades estatales en el caso de la desaparición de Édgar. Su madre fue quien dio los nombres de ambas personas cuando compareció ante esta fiscalía federal.

“Debo decir que en el expediente de esta investigación y que está en los juzgados, y van a poder generarse copias por la defensa, por la coadyuvancia, nunca va a encontrar una comparecencia de ella donde hubiera manifestado los datos que usted está refiriendo. Todo lo que señaló está asentado”, dijo el procurador, cuestionado sobre los nombres proporcionados por la hoy occisa como presuntos delincuentes involucrados en la desaparición de su hijo, y que a pesar de eso no fueron detenidos.

El apellido del aprehendido —Valenzuela—, quien ha reconocido ser el asesino material de Sandra Luz, y su domicilio —Paredones— coincide con lo que la activista señaló una y otra vez, ante autoridades locales y federales.

Edgar, de 24 años, fungía como mensajero de la PGJE y estaba adscrito al despacho del procurador, Marco Antonio Higuera Gómez. El joven fue “levantado” de su casa, en la colonia Progreso, por un grupo armado, el 12 de febrero de 2012.
Otras versiones de activistas que acompañaron a Sandra Luz en su lucha incluyen, además de Joel, a Gabriel Valenzuela, como supuesto partícipe de este levantón. Este martes, la procuraduría local detuvo a Jesús Valenzuela cerca de la comunidad de La guásima, pero con domicilio en Paredones, como presunto responsable del asesinato de Sandra, aunque la versión oficial indican que actuó solo.

El expediente integrado por el Ministerio Público Federal fue puesto en manos de la procuraduría estatal entre febrero y marzo de este año, de acuerdo con información extraoficial.
La activista muerta mencionó a Gabriel y Joel Valenzuela desde que desapareció su hijo, ante personal de la agencia del Ministerio Público que llevó a cabo las indagatorias, jefes e investigadores de la Policía Ministerial del Estado, pero nadie los buscó para aprehenderlos, o al menos para que comparecieran, señalaron activistas cercanos a Sandra Luz.

Lodo sobre lodo

En conferencia de prensa, Higuera Gómez negó que la procuraduría hubiera tenido el nombre del responsable de la desaparición de Édgar en la averiguación previa que integraron y que haya más personas implicadas en el asesinato de la madre de éste, Sandra Luz Hernández, muerta de 15 balazos cuando seguía una pista sobre el paradero del joven.
Afirmó además que Égdar estuvo implicado en el levantón, asesinato y robo, en perjuicio de Manuel Alonso Ruiz Haro, a quien despojaron de alrededor de 120 mil dólares, el 29 de enero de 2012. En el asesinato participaron seis personas, entre ellas Édgar, a quien la familia de la víctima identifica plenamente, insistió el procurador.

El procurador dijo que Jesús Valenzuela formaba parte del círculo de amigos de Édgar, junto con Ruiz Haro y Antonio Benítez Zazueta, apodado el zucaritas, a quienes el hoy desaparecido, según el testimonio rendido por Valenzuela, les contó que había participado en el levantón y asesinato de Manuel Alonso.

“Nos dábamos cuenta que Édgar no se ocultaba de contar frente a su familia que se llevaba con malandrines —palabras textuales del imputado, dijo el procurador— y su mamá lo miraba como normal y nosotros mejor nos retiramos”.
En febrero de ese año levantaron a Édgar y tanto Valenzuela como Benítez sabían que Sandra Luz los estaba buscando para preguntarles si sabían algo del paradero de su hijo, y en abril aparece muerto a balazos Benítez. Valenzuela señaló que como la activista los estaba buscando, ella misma lo había ultimado y que ahora iba tras él, pues ella misma les había advertido, declaró ante el Ministerio Público, que les iba a “echar al gobierno”.

Señaló que había optado por quedarse en Paredones, pero acudió a Culiacán y pretendía detenerse en la carreta de mariscos que está por la Constitución, casi esquina con 30 de Septiembre, en la colonia Mazatlán. Explicó que como no había lugar para estacionarse, lo buscó a la vuelta, por la 30 de Septiembre, y vio por el retrovisor que dos mujeres se acercaban. Reconoció a una de ellas como Sandra Luz, tomó su arma Prieto Beretta calibre 9 milímetros, se puso una prenda negra en la cara, descendió del carro y le disparó en 15 ocasiones.

La mujer que la acompañaba echó a correr pero a ella no le disparó porque no tenía nada qué ver con el asunto. De acuerdo con las versiones de Higuera Bernal, el presunto homicida pensó que ella lo andaba buscando y que por eso “le ganó el jalón y disparó”.

La versión del procurador indica, insistentemente, que fue casualidad haberse encontrado con ella y que no le había puesto una trampa, como inicialmente se planteó.
En un principio se había señalado que Sandra Luz Hernández recibió una llamada para citarla en este sector, donde presuntamente iba a obtener información sobre el paradero de su hijo. Martín Robles, subprocurador general de Justicia, dijo al día siguiente del asesinato que la activista había sido víctima de una trampa.
Ahora todo fue casualidad: él la vio y pensó que ella lo estaba buscando para matarlo, por eso “le ganó el jalón”.

—Si Sandra Luz les estuvo diciendo una y otra vez los nombres de los presuntos culpables de la desaparición de su hijo, ¿por qué no los detuvieron? —Se le preguntó al procurador.
—Debo decir que en el expediente de esta investigación y que está en los juzgados, y van a poder generarse copias por la defensa, por la coadyuvancia, nunca va a encontrar una comparecencia de ella donde hubiera manifestado los datos que usted está refiriendo. Todo lo que señaló está asentado —respondió el fiscal estatal.

Dos veces muerta

Leonel Aguirre Meza, dirigente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa (CDDHS), quien, junto con Óscar Loza Ochoa y otros activistas y familiares de desaparecidos y asesinados acompañaron a Sandra Luz, lamentó que el procurador enrarezca el ambiente con sus declaraciones y victimice de nuevo a la activista ultimada a tiros.
“El procurador enrarece el clima, incomoda que públicamente hable de la participación de Édgar en un supuesto secuestro, cuando pudieron haber sido expuestos ante Sandra Luz en su momento, porque tuvimos muchas reuniones con él”, manifestó.
Sandra Luz, agregó, cuestionó al procurador cuando éste le dijo que si sabía que su hijo cambiaba dólares, a lo que ella respondió que cómo era posible que tuviera entre sus colaboradores a un delincuente.

“Y justamente hoy que Sandra no puede defenderse y Édgar no puede escuchar, se me hace desafortunada la declaración. Pero eso no debe ser motivo para suspenderla ni se puede dar por cierta una declaración de un presunto responsable, porque no es creíble, porque deja muchos cabos sueltos, en el sentido de que iba solo, de que nadie se lo pidió, de que le ganó el jalón, que fue casualidad su encuentro cuando lo más seguro es que le dio seguimiento”, sostuvo.
En el caso, insistió, queda pendiente saber el paradero de Édgar Guadalupe, saber si hay más responsables en el asesinato de Sandra, y en caso de encontrar con vida al desaparecido, dar con los culpables y castigarlos.

—Con estas declaraciones del procurador ¿están volviendo a matar a Sandra, la revictimizan?
—Exactamente, la vuelve a hacer víctima. Como estrategia mediática nos golpea, porque si puede conseguir que tengamos menos apoyo para seguir presionando a las autoridades para que encuentren a los asesinos de Sandra y encuentren a Édgar. Pero esto no debe dar pauta para que se cierren las pesquisas, ni debe darse categoría de verdad a las declaraciones del homicida confeso.

La huida

La familia de Sandra Luz Hernández huyó.
De por sí habían sufrido dos golpes demoledores de los que pocos se levantan: la desaparición de Édgar Guadalupe García Hernández, en febrero de 2012, y el asesinato de su madre, la activista Sandra Luz Hernández, el 12 de mayo, ambos en Culiacán.
Luego del sepelio de Sandra Luz y de una protesta silenciosa y poco nutrida —no más de medio centenar de asistentes y pocos de ellos de blanco y el distintivo moño negro—, Guadalupe, el padre y esposo dos veces viudo, y sus dos hijos decidieron dejar la casa que tienen en la colonia Antonio Toledo Corro, a pocos metros de la avenida Patria, en el sur de la ciudad, y el estado. Tal vez ahora están fuera del país, pero eso no ha sido confirmado.
Versiones de otros activistas indican que personal de la CDDHS propuso a la familia que fungieran como coadyuvantes en las investigaciones sobre el asesinato de Sandra Luz, las que seguramente irían aparejadas con las pesquisas del levantón y desaparición de Édgar, quien entonces tenía 24 años, pero la familia no respondió. Casi una semana después, a partir del 18 de mayo, ya no fueron localizados.
“No estaban muy cómodos que digamos. De hecho había miedo, desconfianza, temor, por lo que pudiera pasar después del asesinato de Sandra Luz”, manifestó una de las personas allegadas a la familia.