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El expresidente golpista paquistaní Pervez Musharraf afrontó hoy por primera vez en un tribunal las acusaciones que hace años se formulan contra él por su presunta relación con el asesinato de la exprimera ministra Benazir Bhutto en 2007.

Musharraf compareció durante quince minutos en el Tribunal Antiterrorista de la ciudad de Rawalpindi, vecina a la capital, tras ser trasladado esta mañana desde su residencia de las afueras de Islamabad, donde permanece en arresto domiciliario.

El exjefe del Ejército, según el diario local Express Tribune, solicitó que se desbloqueen sus cuentas bancarias y que se le deje de considerar en busca y captura ya que se halla a disposición judicial.

Los magistrados han aceptado estudiar las demandas del acusado y han postergado las vistas hasta el próximo 3 de mayo, cuando la Agencia Federal de Investigación presentará un informe actualizado de la investigación.

El exgeneral está acusado de conspiración en el complejo caso delasesinato de la entonces líder del Partido Popular de Pakistán ya que, presuntamente, se negó a darle la protección adecuada y desoyó deliberadamente las amenazas que pesaban contra ella.

Bhutto murió el 27 de diciembre de 2007 junto a otras 24 personas a manos de un terrorista suicida de 15 años que hizo estallar una carga explosiva tras un mitin en Rawalpindi, poco después de que la exmandataria volviera al país tras años de exilio.

La muerte de Benazir -favorita para ganar los comicios celebrados a principios de 2008- quedó sumida en la confusión debido a la negligencia de las fuerzas de seguridad, que “limpiaron” la escena del crimen antes de que se iniciara la investigación.

El responsable de un equipo de Naciones Unidas que investigó el caso dos años después responsabilizó a Musharraf del atentado contra Bhutto y criticó con dureza a las autoridades locales por su ineficacia.

“El fracaso de la investigación fue deliberado y no hubo determinación a la hora de proteger a Benazir Bhutto”, dijo el presidente del equipo, el embajador de Chile ante la ONU, Heraldo Muñoz, en la presentación del informe en abril de 2010.

Musharraf, por su parte, atribuyó la autoría del ataque a los talibanes, y, de hecho, cinco supuestos cómplices del (ya fallecido) líder insurgente Baitulá Mehsud están en prisión junto a dos policías arrestados por presunta negligencia en la investigación.

El exgeneral ha visto como su vuelta a Pakistán para, según sus palabras, “salvar a Pakistán” está deviniendo en pesadilla ya que, tras ver rechazada su candidatura a las próximas elecciones, Musharraf está teniendo que afrontar varios juicios pendientes.

Además de la causa por el asesinato de Bhutto, el expresidente golpista está siendo procesado por el Supremo y por un tribunal de Islamabad por su gestión de Gobierno a finales de 2007, cuando se decretó el estado de emergencia y fueron arrestados 60 jueces.