En los países de América Latina, el número de casos de cáncer que se diagnostica es inferior a los que sufren Europa o EEUU. Sin embargo, la mortalidad en los países latinos es casi el doble y de no cambiar la tendencia, los especialistas temen una epidemia de cáncer en el subcontinente en los próximos años.
Ésta es la advertencia que se ha puesto de manifiesto en un número especial de la revista ‘Lancet Oncology’ y que se ha dado a conocer a lo largo de una conferencia de prensa celebrada en Sao Paulo (Brasil).
El problema, como subraya el estudio, es que muchos de los pacientes se diagnostican demasiado tarde, lo que tiene una influencia directa en las tasas de mortalidad por esta enfermedad en el subcontinente americano.
En cifras, el documento señala que la incidencia de cáncer en toda América Latina es de 163 casos por cada 100.000 habitantes; por debajo de los 300 casos por 100.000 en EEUU y los 264 que registran los países europeos. En cambio, la proporción de muertos por este diagnóstico es inversa, y se cifra en 13 víctimas por cada 22 casos de cáncer en América Latina,frente a 13 muertes por 30 casos en Europa y por cada 37 casos aproximadamente en EEUU.
Las estimaciones hablan de 1,7 millones de diagnósticos en la región de aquí a 2030, con una mortalidad cercana al millón de fallecimientos anuales. Aunque como admiten en el propio estudio, es difícil hacer previsiones exactas en una región que agrupa a 33 estados soberanos, con sistemas de salud muy dispares y unos registros de cáncer que apenas engloban al 6% de la población.
La cuestión del cáncer en aquellos países no es baladí, como recuerda Paul Goss, de la Unversidad de Harvard (en Boston, EEUU), porque el envejecimiento está fuetemente ligad a estas patologías y se calcula queen 2020 más de 100 millones de personas en América Latina serán mayores de 60 años. Hasta ahora, admite Goss, las autoridades locales han centrado sus esfuerzos en combatir enfermededaes infecciosas, pero la carga que puden suponer las patologías no transmisibles en el futuro (como el cáncer o los problemas cardiacos) amenaza con suponer un verdadero problema en el futuro si no se toman a tiempo medidas.
Entre las recetas que apunta el documento destacan el refuerzo de hábitos de vida saludable, con un combate radical frente al tabaquismo, laobesidad, el sedentarismo o el consumo de alcohol. Todo ello, subrayan, podría tener un impacto importante a un coste relativamente bajo.
Porque como Goss advierte, el problema de no atajar la futura epidemia de cáncer que avecina puede tener un impacto mayor para las economías de la zona, de lo que tendría actuar a tiempo. “La región no está bien equipada para hacer frente al alarmante aumento de la incidencia de cáncer y a la tasa de mortalidad desproporcionadamente alta en comparación con otras regiones del mundo”, concluye.