Ajo Blanco/Cuauhtémoc Villegas
Ricardo Anaya es el gran perdedor de esta elección aun cuando por fuerza, lo pudieran sentar en la presidencia, ya que no duraría su mandato ante una inminente revolución en medio de la guerra del”narco”.
Hace apenas un año que este sujeto de aspecto nazi -que pensó que el dinero robado a la nación y sus mentiras lo llevarían a la presidencia- festejaba el triunfo electoral del PAN en 10 estados: se sentía con el respaldo suficiente para buscar la presidencia y retaba orgulloso a López Obrador a debatir.
Ricardo Anaya no es tan listo como se cree, sus propias mentiras y saqueos lo enredaron al grado de morir por su propia lengua. Su cabezita con corte de pelo nazi no le dio para pensar que, como candidato, estaría en el escrutinio de la prensa y la sociedad y no se diga, en las redes sociales.
Hoy, el candidato no sólo esconde su sonrisa fingida por el desprecio que provoca su persona y lo que representa -reformas, saqueo, guerra, violación de Derechos Humanos, neoliberalismo- sino que imita todo lo que crítica de López Obrador, el candidato puntero gracias al fracaso social de la reformas que sólo beneficiaron al gran capital y a los políticos que tratan de vender todo lo que queda en sus estados como Martín Orozco quien también se apropió del PAN local para fundar su candidatura y ganó la gubernatura de Aguascalientes sólo gracias a Carlos Lozano de la Torre y, a un fraude.