La masacre de Jauja. Aunque ya tiene un detenido, el "fiscal de Jalisco" no informa ni de tiene a nadie, mientras las policías en su frivolidad cotidiana salen a patrullar con la intención de destruir a las personas en sus vidas y derechos hasta asesinarlos con charola y arma del Estado.
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Aristóteles Sandoval se reveló a los poderes políticos buscando recuperar los principales municipios de Jalisco y terminó asesinado con detenidos que salen libres con pagos de menos de cuatro mil pesos.

Cuauhtémoc Villegas Durán/Ajo Blanco

Tonalá, Jalisco.- En este estado del Cuarto Mundo, el C-5, muy mal llamado “Escudo Urbano” es super eficiente para seguir a los opositores al cacique Raúl Padilla López y a su títere, el gobernador Enrique Alfaro Anguiano, pero jamás sirve para evitar masacres, balaceras, ejecuciones, desapariciones ni nada, ya que estos dos sujetos crecieron en la violencia política que les dió los títulos universitarios en una triste historia que dejó decenas de cadáveres enterrados en el edificio que fundó el padre del gobernador por servir a los genocidas Luis Echeverría y Díaz Ordaz que masacraron a cientos de mexicanos.

Vivo muy cerca de donde ocurrió la masacre de ayer pero me es imposible asistir ya que la Fiscalía General de Estado de Jalisco y la policía de Tonalá tienen más de un mes y medios, criminalizandome y siguiéndome por ser un pobre periodista de lo que ellos llaman “un medio chico”, viviendo en una colonia de millonarios, ricos, narcos y gente que como yo, vive al día es decir de su sueldo o de sus propios micro negocios.

Para los gobernantes y el fiscal no pasa nada, hoy o mañana pasará otra masacre u otro crimen aberrante que hará olvidar el hecho: sobre esa lógica de gobernar, mantienen al estado de Jalisco en tercer lugar en homicidios y en primerísimo, en recuperación de cadáveres de fosas comúnes para lo que la omisión o la ayuda de las “policías” y los “políticos” es fundamental ya que, sin ellos el crimen no sería más poderoso que el Estado mismo.

La podredumbre empieza cuando desde el principio de siglo el cacique Raúl impone senadores y diputados federales y hace fiestas donde con tragos, mala comida y boletos de los partidos de las chivas, el Atlás y de tros espectáculos compraba a los periodistas más importantes de Jalisco en la casa que se encuentra por la Normal, de un “columnista” de triste memoria que acaba de fallecer, y de allí, lanzaron a la bola de sicarios de la Universidad de Guadalagara que hoy gobiernan apuntalados en la ignominia, la impunidad y un fuero que ya no debería de existir. Desde allí se apuntalaron como gigantes a estos hombrecillos que hoy gobiernan y a los que periodistas y medios se les cuadran ya por miedo, ya por dinero, ya por complicidad, ya por omisión, ya por un supuesto profesionalismo que ensangra al estado, mientras, los ciudadanos comúnes, todos los días, tienen que arriesgarse a enfrentar a los criminales que desde el Estado, uniformados, con charolas y pistolas ultrajan, viola, roban, persiguen, criminalizan, asesinan y desaparecen personas comúnes: hijos, padres, hermanos, obreros, estudiantes, niños…