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frustran extorsión (2)

México. Si su hijo, familiar o amigo empieza a hablar muerte y desesperanza, tristeza, si hay cambios en la conducta muy marcados, si deja de hacer una actividad, si hay irritabilidad, ¡mucho cuidado” ya que pueden ser signos de alerta para un acto suicida.

Los estudios más recientes en nuestro país muestran que este problema cada día es más delicado, principalmente en los adolescentes.

El suicidio entre los jóvenes de 15 a 29 años aumentó en los últimos años en México hasta colocarse como la segunda causa de muerte en el país norteamericano, superada únicamente por los accidentes, indicó un especialista.

Los principales métodos de suicidio son ahorcamiento (79,3%), disparo de armas de fuego (8,9%) y envenenamiento (3,8%).

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 40 segundos una persona se quita la vida y se estima que casi 3.000 personas ponen fin a su vida diariamente y al menos 20 intentan suicidarse y uno logra su objetivo.

“A través de las redes sociales los jóvenes están en contacto con información, hay cadenas de búsqueda y grupos que hablan de suicidio y eso los pone en riesgo”, dice un especialista.

Incluso se han dado casos en nuestro país en donde jóvenes exhiben a través de redes sociales actos suicidas, en algunos casos consumados.

Por ello, es de suma importancia que la familia de las personas que sufran ansiedad, depresión, o noten algún cambio en su comportamiento, estén muy atentos.

Los números más recientes en este tema muestran que en México hay un promedio de 17 suicidios al día y los estados con la tasa más alta son Chihuahua (11.4), Yucatán (10.2), Aguascalientes (9.6), Campeche (9.1) y Colima (8.5).I

De acuerdo con la OMS, los suicidios son “actos prevenibles”, y es considerado como “grave y perjudicial” tanto para quien lo comete como para su entorno, debido a la intención destructiva que hay en él.

Considera que “cada suicidio es una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tiene efectos duraderos para los allegados al suicida”, por lo que ha sido categorizado como “un grave problema de salud pública”.