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Ajo Blanco/Cuauhtémoc Villegas Durán.

Todo cae por su propio peso.

Asqueadas ya de recibir caricias no pedidas de sus jefes, empleadas de Gobierno del Estado de Aguascalientes han denunciado ser víctimas de acoso sexual desde que Martín Orozco Sandoval asumió la gubernatura.

Cacique del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional (PAN) Aguascalientes desde que intentó correr al ex gobernador Luis Armando Reynoso Femat, Orozco Sandoval regala los mejores huesos a sus amantes y amigos, lo mismo que su mejor amigo Fernando Herrera Ávila, quien tiene a “la Guayaba” y “La Tostada” dos de sus “nalguitas” en el Congreso de la Unión, lo mismo que Martín Orozco.

Otro que no se queda atrás es Arturo González Estrada que ha hecho funcionaria hasta su mamá, sobrina, hermana, amante, amigos. Este trío de sátiros que al imponer a sus amigos en las posiciones del gobierno estatal volvieron un infierno para las trabajadoras del estado que esperaron para denunciar hasta que cayera el cacicazgo de Martín Orozco, quien apostó todo para destruir a Tere Jiménez Esquivel, pero no pudo y ahora es un muerto político que apostó todo para destruir a una mujer e imponer a un corrupto en la candidatura del PAN para la capital de Aguascalientes logrando sólo su propia autudestrución y la soledad en un palacio de intrigas donde sus amigos -al igual que él- sólo buscan enriquecerse con los beneficios de ser funcionarios del Estado.

Hace tiempo que Martín olía a alcohol y a mujer barata, hoy apesta como un muerto en descomposición mientras, su vecina, huele a cielo, a valle de flores y parece un ángel en ascenso.