Columna: Cuauhtémoc Villegas/Objetivo7

El mundo rezó, oró, por que no llegara Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos aunque las minorías derechistas en el mundo que representan los más oscuros intereses de la clase dirigente, esos que lo manejan todo a escondidas, mientras otros ruínes son impuestos para la causa neoliberal en alcaldías, gubernaturas y presidencias en todo Latinoamérica y el Caribe y la ola de reformas iniciada en México y que busca imponer el capitalismo salvaje al mundo, crece enardeciendo el mar del capitalismo salvaje como un tsunami que amenaza destruir la humanidad y toda la naturaleza de la Tierra por el saqueo y despojo a los pueblos del orbe.

Señalados ya, en lo racial, ahora los mexicanos por su origen latino y no anglosajón, son víctimas del odio causado por las banderas de Trump para llegarse a la presidencia, uniéndose el pueblo de cobre a  la ya perseguida comunidad musulmana de Estados Unidos, en donde la religión es usada para la persecución de aquellos que profesen una fe diferente.

No es de extrañar que sean los Estados Unidos quienes hayan votado por un presidente demente y fascista, ya que en ese país nació la exclusión en las reservas indias, luego de que los blancos no pudieron acabar a sangre y fuego las comunidades ancestrales de Norteamérica.

El problema se cargará como siempre para las comunidades más débiles ya que las clases dirigentes, como los políticos y empresarios seguirán como en el país de origen con las abismales diferencias sociales que imponen disponen de abundancia para unos pocos y miseria para los muchos. Y es qué el problema no es realidad la violencia sexual y del narco como llama a Trump  a los mexicanos pues fue precisamente la imposición del modelo económico y social estadounidense a través de de las transnacionales el que incrementó la violencia en México como siempre ha sucedido a través de las producciones de Hollywood, como cuando con la película de The Warriors, México y Latinoámerica en los ochentas fue el cultivo de miles de bandas en las zonas urbanas.

Las heridas que Trump quiere sanar no tiene solución. Ha sembrado Trump en los estadounidenses el odio racial hacía los mexicanos como Hitler instigó a los alemanes a señalar, despojar, humillar, insultar, golpear, vejar, matar y finalmente masacrar a los judíos en los campos de exterminio inspirados en las zonas de exclusión india de los Estados Unidos y del imperio británico en África en la guerra de los Bóeres o Boers.

En México los grupos de la derecha extrema encimados en el gobierno como aquellos integrados en el PAN, el PRI y el PRD estarán felices por las implicaciones que de esto resultan, la continuidad de un modelo económico que hace agua mientras las sociedades se sumergen en la miseria, la ignorancia y la debacle moral en la imposición y la represión de ejército y policías gubernamentales y privadas que a toda costa protegen el Status Quo de los privilegios sociales de la devastación del mundo y la humanidad advertidas ya desde la campaña electoral estadounidense pero que en estos momentos son ya una realidad que oscurece el mundo bajo un imperio fascista.

Así como los alemanes pagaron en carne propia la venganza de los países sometidos y vejados por Hitler, los estadounidenses podrían vivir las vicisitudes de elegir a un demente que piensa en el siglo XXI que los humanos debemos ser tratados por el origen, el color de la piel, la escala social y la religión.

La Casa de los Horrores, una portada de la Casa Blanca con un cielo tormentoso del Daily News y American Psycho de Liberation son dos titulares tomados de películas de terror del propio Estados Unidos que reflejan sólo un poco de la pesadilla en la entrará el mundo con Donaldo como cuando el imperio romano cayó en manos de Calígula.