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ADN.- El bombardeo de este jueves, atribuido a Israel, a una escuela de la ONU en el norte de Gaza que causó la muerte de 16 palestinos, entre ellos varios niños, y dejó más de 200 heridos ha desatado las condenas de parte de la comunidad internacional, una multitudinaria protestas en varias ciudades y la indignación de médicos, científicos y personal humanitario que denuncian las dificultades y riesgos a los que se enfrentan a diario y las consecuencias que está teniendo para la población civil una ofensiva que ya se encamina hacia su tercera semana. Tel Aviv asegura que investigará lo sucedido aunque no ha dudado en señalar a Hamas como responsable del ataque y en el caso de que fuera responsabilidad del Ejército israelí, se trataría de un ‘error’. No lo ve así Naciones Unidas, quien ha condenado enérgicamente el bombardeo de la escuela y ha señalado que Israel conocía perfectamente las coordenadas y la naturaleza del centro de la ONU.
Una veintena de médicos y científicos europeos han enviado este viernes una carta abierta a Israel, publicada en la revista británica The Lancet, en la que denuncian las dramáticas consecuencias que la ofensiva israelí está teniendo sobre la población de la Franja de Gaza y piden al resto de la comunidad científica que actúen contra lo que consideran un “crimen contra la humanidad”.

“Somos médicos y científicos que dedicamos nuestras vidas a desarrollar instrumentos para cuidar y proteger la salud y la vida. También somos personas informadas; junto al conocimiento y su práctica, enseñamos los valores éticos de nuestras profesiones. Todos hemos trabajado durante años en Gaza y conocemos su situación”, señalan. “Sobre la base de nuestros valores éticos y nuestra práctica, denunciamos la agresión de Israel contra Gaza de la que somos testigos”, añaden.

Aislada desde 2006, la Franja sufre problemas con el suministro de comida y medicamentos. “Antes del presente asalto, el stock de productos sanitarios en Gaza estaba en su punto más bajo por culpa del bloqueo. Ahora ya se han agotado”, denuncian los firmantes.

Estos médicos y científicos denuncian el uso de municiones y bombas que, más allá de las bajas directas, tienen un alto impacto en el medio ambiente y la salud de las futuras generaciones. “Mientras escribimos, se han conocido otras masacres y amenazas a personal médico de los servicios de emergencias y la negativa a la entrada de convoyes humanitarios internacionales. Como científicos y médicos no podemos permanecer callados mientras este crimen contra la humanidad continúa”.

Por eso, piden a toda la comunidad científica que se una a su protesta y a los gobiernos que ejerzan su capacidad de presión para acabar con la invasión y, con ella, el sufrimiento de la población de Gaza.

Israel niega ser el autor del ataque a la escuela

El ataque contra la escuela de la ONU se produce apenas 24 horas después de que el Consejo de Derechos Humanos del citado organismo mundial advirtiera que hay indicios de que Israel está cometiendo crímenes de guerra y aprobara, con el rechazo de EEUU, la formación de una comisión para investigar sobre el terreno.

Según datos de la propia ONU, más de 140.000 personas han buscado refugio en escuelas de la UNRWA desde que el pasado 8 de julio Israel emprendiera una ofensiva contra la Franja de Gaza en la que ya han muerto más de 750 personas, en su gran mayoría civiles palestinos.

El comandante del Ejército israelí encargado de la División de Gaza, Miky Edelstein, aseguró este jueves que sus tropas jamás bombardearían una escuela de la ONU. Sin embargo, el pasado martes Israel destruyó parte de un recinto de otra escuela de la ONU situada al sur de la ciudad de Gaza sin que afortunadamente hubieran víctimas mortales.

“No actuamos en este tipo de casos y mucho menos sin avisar. Si algo ha sucedido ha sido un error. Entendemos que hay terroristas que se esconden en estas instalaciones pero no actuamos ni siquiera en esa circunstancia. Nadie del Ejército israelí bombardearía ese lugar”, aseguró.

Tel Aviv ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido mientras no pierde oportunidad de acusar a Hamas del ataque a la escuela.

Por su parte, la misión permanente de observador del estado de Palestina condenó en una carta remitida al Consejo de Seguridad de la ONU el bombardeo israelí contra la escuela. “Una vez más, las fuerzas de la ocupación israelí han alcanzado una escuela de la UNRWA causando más muerte y heridas entre los ya de por sí traumatizados civiles, desplazados de sus viviendas y cobijados en la escuela, incluidos muchos a los que la potencia ocupante había exigido previamente abandonar su residencia”, señala la misiva.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó enérgicamente el ataque. “Hay numerosos muertos, entre ellos mujeres, niños y empleados de Naciones Unidas“, aseguró Ban Ki-moon.

Protestas ante un inaceptable ataque

Con la puesta de sol, miles de personas emprendieron este jueves una marcha multitudinaria de protesta en Ramala para clamar contra lo que consideran “el genocidio en Gaza” y demostrar la solidaridad y la unidad de los palestinos.

Convocados a través de las redes sociales y la red de mezquitas, y en una noche especial en el calendario musulmán -la llamada noche del destino, en la que El Corán fue revelado-, los congregados partieron del campo de refugiados de Al Amari, en dirección al paso de Qalandia.

Este puesto fronterizo, abierto en el muro de separación que segrega Cisjordania de los barrios de Jerusalén Este, está a esta hora tomada por las fuerzas israelíes, que han colocado bloques de hormigón y restringido el tráfico. A la llegada de la manifestación, estallaron enfrentamientos entre grupos de jóvenes palestinos y las fuerzas antidisturbios parapetadas en la zona.

Manifestaciones similares tuvieron lugar en ciudades como Nazaret, en Israel pero con mayoría árabe e incluso y en las localidades cisjordanas de Nablús, Belén y Tulkarem, en la que diez personas resultaron heridas.

En Jerusalén Este también se desataron choques entre palestinos y fuerzas israelíes, especialmente en barrios como Ayasef, A Tur, Suwaneh, Silwan, Wadi Josh, la Puerta de Herodes -en la ciudad vieja- y Ras al Amud.

Los congregados exigieron el fin de lo que consideran “el genocidio de los palestinos de Gaza”, el levantamiento del bloqueo económico y el asedio militar israelí a la Franja y la apertura del paso fronterizo de Rafah, única puerta de salida de Gaza al mundo.