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Río Doce.- Sale libre el Gordo y se quedan sus ‘paisanos’: el Benja y el Cabezón, todos acusados de asesinar al periodista Gregorio Rodríguez en noviembre de 2004.

Desde el 18 de diciembre de 2012, el Juzgado Mixto de Primera Instancia de Escuinapa absolvió a Francisco Javier Pineda Sarmiento el Gordo, de su presunta coparticipación en el asesinato de Gregorio Rodríguez Hernández, ocurrido el 28 de noviembre de 2004; compurgó la pena del presunto delito de evasión de presos, de la cárcel de Escuinapa, pero salió libre hasta febrero pasado, después de purgar su pena por el delito de robo calificado.

Martina Guadalupe López Flores, directora del Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito (Cecjude), explica a Ríodoce sobre la libertad de Francisco Javier Pineda Sarmiento: “El 18 de diciembre de 2012 el juez lo suelta por el delito de evasión de presos y por el delito de homicidio”.

“Uno (el proceso por homicidio) por la vía absolutoria —agrega— y la otra de acuerdo al tiempo que había estado detenido a la fecha, del 18 de diciembre se le dio por compurgada la pena de prisión”.

“Sí pagó la de evasión de presos —continúa— por el tiempo que había estado preso, al momento de dictar la libertad por el de homicidio —dice—, pero por el delito de evasión ya está libre porque ya la compurgó”.

“Fue el de robo por el que estaba ya al último que fue en febrero por el que salió”, precisa López Flores.

Contexto

El 31 de marzo de 2008, el juez Daniel Armenta Rentería, entonces titular del Juzgado Mixto de Primera Instancia de Escuinapa, dictó sentencia condenatoria por 11 años y 6 meses de prisión a Abel Enríquez Zavala, Francisco Javier Pineda Sarmiento el Gordo, Elías Álvarez Hernández y/o Efraín Contreras Hernández, Benjamín Contreras Hernández, el Benja y Pedro Salas Franco, el Cabezón, por encontrarlos “penalmente responsables” de haber sido partícipes y coautores, respectivamente, del asesinato de Gregorio Rodríguez Hernández, fotógrafo de El Debate de Mazatlán, ocurrido el 28 de noviembre de 2004 en Escuinapa.

Los cinco meses y 18 días más de prisión a excepción de Enríquez Zavala, que se les agregaba a los tres nayaritas, según el juez, fueron por el delito de evasión de reos, perpetrado en 2005, en la cárcel municipal de Escuinapa.

El Gordo argumentaba que el juez no había tomado en cuenta una de las pruebas presentadas en su defensa, que consistía en un comprobante del Poder Judicial de Nayarit, que aseguraba que el 28 de noviembre, cuando fue asesinado Gregorio Rodríguez, él se encontraba preso en la cárcel de Acaponeta, Nayarit, por despojar a mano armada a un taxista de su vehículo.

De acuerdo con el expediente 161/2004 del Juzgado Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de Escuinapa, Sinaloa, el 12 de junio de 2005, un testigo al ver las fichas de los tres nayaritas, declaró ante el Agente Ministerio Público que habían sido las mismas personas que había visto el día 28 de noviembre de 2004, cuando fue asesinado Gregorio Rodríguez Hernández.

Al ver la placa de Pedro Salas Franco, dijo: “Es la misma persona de aspecto alto que vestía camisa de manga larga a cuadros y con las mangas arremangadas hacia arriba y pantalón gris y cachucha cremita, además traía la pistola fajada en su cintura”.

Cuando vio la ficha del Benja, el testigo aseguró: “Es la misma persona que le disparó a Gregorio, vestía camisa de resaque de color oscura, un short debajo de la rodilla y la pistola que yo le vi era pistola tipo escuadra al parecer calibre de 9 milímetros”.

En cuanto a Francisco Javier Pineda Sarmiento, el testigo dijo: “Esta misma persona días antes la vi conduciendo un vehículo tipo Caravan de color gris que andaba rondando con varios batos ese lugar, como que andaba cazando a alguien y este es el que conducía ese vehículo; y yo lo vi cuatro días antes de que mataran a Gregorio”.

En esa tesitura, el finado Nicanor Bautista Ramírez, abogado defensor de Pineda Sarmiento, ironizó: “Una de dos: el Gordo tiene el don de desdoblarse como David Copperfield o las autoridades de Nayarit lo dejaron salir para que viniera a participar en el asesinato de Gregorio y luego volver a encerrarlo”.

“Si se cumple la segunda hipótesis, entonces hay que denunciar a las autoridades nayaritas por corruptas, porque entonces fueron cómplices del asesinato de Gregorio y hay que exigir que sean castigadas conforme a derecho”, dijo el penalista.

El Gordo aparentemente no tiene el don de desdoblarse, pero ya no ocupa el espacio de su carraca en la que estuvo en el Cecjude, casi ocho años, porque el Juzgado Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de Escuinapa no lo encontró penalmente responsable de la muerte de Gregorio Rodríguez Hernández.

—¿Aquí se quedaron presos todavía Pedro Salas Franco y Benjamín Contreras Hernández? —se le pregunta a la directora del Cecjude, Martina Guadalupe López Flores.

—(Aquí) deben de estar, todavía.

Quedan dos

A casi nueve años del asesinato de Gregorio Rodríguez Hernández, de los siete implicados en el crimen, solo quedan presos el Benja y el Cabezón.

— 20 de septiembre de 2012. Abel Enríquez Zavala, exdirector de la Policía Municipal de Escuinapa, es liberado por observar “buena conducta dentro del penal”.

— 18 de diciembre de 2012. Francisco Javier Pineda Sarmiento es absuelto por el mismo juzgado que lo condenó, al considerar que no fue “penalmente responsable” y salió libre en febrero de 2013.