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El Ejército lanza boletines desde helicópteros llamando a denunciar al CholoIván y este le responde con narcomensajes

Era la madrugada del viernes 25 de febrero de 2005 cuando, en Culiacán, el Ejército dio una exhibición de impotencia. Decenas de soldados realizaron un operativo en distintos puntos de la ciudad para pegar en las paredes cientos de carteles donde se solicita la ayuda de la ciudadanía para dar con el paradero de Joaquín Guzmán Loera y 36 de sus presuntos cómplices.

El cartel, una hoja de papel bond de 40 por 60 centímetros, muestra tres imágenes del capo. En una de ellas aparece su rostro de perfil y fue editada de una fotografía donde está bailando con una mujer. En otra aparece de frente y es el recorte de una foto donde está con un niño en sus brazos. Y en la otra se mira portando un fusil AR-15, una edición de la imagen donde aparece acompañado de un hombre de edad avanzada al que solo se le conocía en el mundo criminal como Comandante Juanito y que murió en diciembre de 2009, siendo enterrado en La Tuna, Badiraguato.

El mismo operativo fue realizado en Monterrey, Nuevo León, y en algunas ciudades de Tamaulipas, donde el capo peleaba ya esos territorios al cártel del Golfo.

En Culiacán, los carteles, la mayoría de ellos pegados en Ciudad Universitaria, solo duraron unas horas porque ese mismo día fueron desgarrados por manos anónimas.

“Se busca, recompensa, hasta 5 millones de dólares”, decía la arenga. “Por información que lleve a la captura de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo Guzmán o el Tío”.

Debajo de las imágenes del capo, 36 retratos más, el primero de ellos Manuel Alejandro Aponte Gómez, el Bravo, un desertor del Ejército que se convirtió, hasta la fecha, en el jefe de seguridad del Chapo.

“No sea cómplice… denúncielos, por México, por nuestra niñez”.

Negar, una regla castrense

Fue el Ejército el de esa operación, pero siempre lo negó. Igual que ahora, cuando helicópteros militares dejaron caer en las ciudades de Guasave y Culiacán pequeños panfletos donde se pide a la ciudadanía que denuncie a Iván Gastélum Medina, el Cholo, a quien acusa de “homicida, feminicida, ladrón, secuestrador, extorsionador, sicario, violador y narcomenudista”.

“Tu denuncia es anónima”, animan.

Y de nuevo la negativa, aunque sea evidente. Una semana antes se habían dado dos enfrentamientos cuyos resultados fueron un misterio, pues del que tuvo lugar en La Vainilla, Mocorito, no se dio información oficial más que sobre algunos vehículos y armas que fueron aseguradas. Pero nada sobre muertos y heridos, aunque gente de la zona afirme que de la parte criminal cayeron muertos y heridos y que de la parte militar también. Y a pesar de que existen testimonios gráficos (publicados en Ríodoce en su edición pasada) de algunos delincuentes que cayeron en la refriega. Ninguna información oficial.

El volanteo militar fue el lunes por la mañana ante la sorpresa de la gente de a pie. En ambas ciudades fue en el primer cuadro. Dos días después tuvo la respuesta. Una manta con un mensaje fue colgada el miércoles por la mañana, en Guamúchil, donde se hace alusión a los carteles que desde el aire fueron arrojados el lunes desde helicópteros militares.

En la manta se lee: “YA ERA SABIDO DEL LADO QUE ESTAN XQ TAPIZAN GUASAVE CON FOTOS DEL CHOLO IVAN Y LAS DEL CHAPO ISIDRO DONDE ESTAN…”

El mensaje fue colocado en el cruce de la carretera a Mocorito con la calle Enrique Dunant, de esa ciudad, a cien metros de la guarnición militar.

El jueves no hubo novedad, pero el viernes de nuevo aparecieron decenas de mantas colgadas por toda la ciudad, con mensajes donde reclaman al secretario de la Defensa el comportamiento de un general de apellido Gurrola.

La ciudad lucía tapizada de mantas esa mañana, lo mismo enfrente de la Central Camionera que a una cuadra del cuartel. Todas estaban firmadas “respetuosamente” por el Cholo Iván.

El mensaje reproducía reclamos que en enero ya se habían expuesto en más de 60 mantas en la misma región, firmadas también con el mismo seudónimo.

Todas elaboradas con letras de molde, dicen textuales:

“Señor Secretario de la Defensa Yo el cholo Iván mis respetos pal ejercito yo lo que he hecho es defenderme mientras el culpable de lo que sucedió es el General Gurrola es el que a hecho es gente inocente y violar derechos humanos el es el que debería estar en la cárcel no en el ejercito ya que es el único feminicida y homicida y violador señor secretario con todo respeto investigue quien es ese General Gurrola para que se de cuenta quien es en realidad cheque el debate el día 28 de mayo ya que se niega que el mando tirar volantes en los helicópteros y como también niega que el mato a María Susana Flores quien es el feminicida? ATTE: El Cholo Ivan”.

 

Desde el amanecer, tanto la Policía Municipal como la milicia recibieron la alerta de que en el sector centro de la ciudad amanecieron narcomantas.

Habían alistado las corporaciones un parte sin novedad. Pero tuvieron que cambiarlos. Se contaron 27 mantas que fueron recogidas por policías y militares.

Se habían colocado en la Central Camionera y unas más en la Terminal de los autobuses Norte de Sinaloa y alrededor de los mercados municipales, el viejo y el nuevo, donde siempre hay importantes concentraciones de gente.

Otra más apareció en la cerca perimetral de la Escuela Secundaria Federal Uno, por la calle 16 de Septiembre.

Además aparecieron algunas otras mantas que los delincuentes no pudieron colgar en las instalaciones de la central de camiones del Pacífico.

También en Mocorito fueron exhibidas mantas semejantes, en la cabecera municipal y unas más en Rancho Viejo, un poblado partido en dos por la carretera México 15, a10 kilómetros al norte de Pericos.

No hubo detenidos. Los delincuentes, que se trasladaban en dos vehículos, según testimonios recogidos por Ríodoce, se movieron a sus anchas. En uno de los puntos, mientras colgaban las mantas, una patrulla de la Policía Municipal se encontraba estacionada a una cuadra.

Según autoridades consultadas, las mantas fueron instaladas en el transcurso de la mañana. Se dijo que los delincuentes esperaron a que elementos del Ejército mexicano se resguardaran en el cuartel militar.

Toda la noche estuvieron dando recorridos de vigilancia por la ciudad, y alrededor de las 5:30 horas, cuando se retiraron de las calles, fue cuando aparecieron los comandos para cumplir su cometido propagandístico.

Otros encontronazos

Días después de que Iván Gastélum Medina se fugó del penal de Culiacán, se fue a radicar a la Cruz de Elota. Ahí estuvo operando para el cártel de Sinaloa, con la encomienda de contener a las fuerzas de la alianza Zetas-Beltrán Leyva que operaban en el sur de Sinaloa.

Pero luego fue transferido a la zona centro-norte para formar un dique armado contra las fuerzas de Isidro Meza Flores, que después de la aprehensión de Alfredo Beltrán Leyva, en enero de 2008, creció sobre todo en la zona de Guasave y el municipio de Sinaloa.

El Cholo se movió, desde entonces, entre Mocorito y Guamúchil, con incursiones en Angostura, donde ha protagonizado fuertes enfrentamiento con células enemigas.

Adicto a las fiestas y a la tambora, son frecuentes sus reuniones y festejos que terminan hasta el amanecer, tanto en poblados como en las cabeceras de Mocorito y Salvador Alvarado y hasta son famosas sus participaciones en las festivas cabalgatas.

Su historia pública inició el 11 de agosto de 2005, cuando fue detenido en un operativo de las BOMU junto con siete presuntos gatilleros más en la colonia Lombardo Toledano de Culiacán, donde les aseguraron un arsenal. Pero consiguió un amparo y logró salir bajo fianza.

La segunda vez fue detenido en agosto de 2008 y también procesado por delitos de portación de armas. Pero no quiso cumplir la sentencia de dos años que le dieron y se fugó del centro penitenciario el 9 de agosto de 2009 —junto con otro reo llamado José Luis Encarnación Fernández Padilla—, después de haber realizado una fiesta de despedida donde presumió que su “patrón” tenía palabra, que le había prometido que lo sacaría de la cárcel y que le estaba cumpliendo.

Con un ejército de sicarios a su servicio, se ha enfrentado en varias ocasiones con las fuerzas del Chapo Isidro, batallas en las que han quedado, de uno y otro bando, decenas de muertos.

Estos dos grupos se enfrentaron el 28 de abril de 2011 y el saldo fue de siete personas muertas. Doce patrullas quedaron rafagueadas, igual que la fachada de las instalaciones.

Otro enfrentamiento se suscitó en noviembre de 2011, donde murió Carlos Omar Elizalde Coronel, mejor conocido como el Güero McGyver, hombre de confianza del Chapo Isidro.

En mayo de 2012, cinco de sus pistoleros cayeron muertos en un enfrentamiento contra el Ejército en Guamúchil. La pertenencia de los sicarios fue revelada por la Policía Ministerial del Estado.

En noviembre de ese mismo año, ocurrió el enfrentamiento que le dio la vuelta al mundo no porque se tratara del Cholo uno de los protagonistas, sino porque ahí murió una joven que era reina de belleza: Susana Flores Gámez.

Esa vez, el Ejército dijo que Susana se bajó de una camioneta portando un fusil AK-47.

Pero el Cholo los desmintió con el mismo recurso que utiliza ahora: el 6 de enero de 2013 amanecieron colgadas 67 narcomantas en Salvador Alvarado y Mocorito.