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logo dataLa Opinión Coruña.- Ciberespías chinos han conseguido acceder a los diseños de importantes sistemas de defensa de EEUU para Asia, Europa y el Golfo Pérsico, denunció ayer el diario The Washington Post, una semana después de que otro medio escrito norteamericano, The New York Times, desvelara nuevos ataques informáticos de una unidad del Ejército chino, la ya célebre 61398, con sede en Shanghái, especializada en la sustracción de datos de empresas y agencias estadounidenses.

Entre los diseños a los que ahora han accedido los piratas chinos figuran los de los misiles antibalísticos, los cazas F/A-18 y el helicóptero Black Hawk.

Según un informe de la Junta de Ciencias de Defensa, los ciberespías del gigante asiático penetraron también en los diseños de más de una veintena de avanzados sistemas de defensa, aviones y buques de guerra, informa el diario.

También tuvieron acceso al diseño del F-35 Joint Strike Fighter, valorado en 1,4 billones de dólares y que está considerado el sistema de armas más caro jamás construido, según The Washington Post.

El informe confidencial, nunca antes publicado, no acusa a los ciberespías chinos del robo de los diseños de los sistemas de defensa, entre éstos los de los misiles Patriot y Aegis. Sin embargo, advierte de que “las intrusiones electrónicas permitieron a China acceder a tecnología avanzada que podría acelerar el desarrollo” de sus propios sistemas de armas y “debilitar la ventaja militar de Estados Unidos en un futuro conflicto”.

Precisamente ayer, Pekín aseguró que tendrá en cuenta las “preocupaciones” en materia de seguridad de EEUU y que, una vez alcanzado un consenso entre ambos países, estará dispuesta a “mejorar” las relaciones militares bilaterales. Con todo, tras las dos contundentes denuncias de ciberataques chinos aireadas por la prensa norteamericana, será difícil que la ciberseguridad, un asunto “prioritario” para Washington, no cope la cumbre que los presidentes Xi Jinping y Barack Obama celebrarán en California en junio. Máxime cuando las denuncias empiezan a tener carácter general. La televisión australiana acusó ayer a Pekín de robar información a la inteligencia del país, un episodio que el Gobierno declinó comentar.