Ríodoce.- La Diócesis de Culiacán de la Iglesia católica convocó mediante un circular firmado por el obispo, Jesús José Herrera Quiñónez a los fieles para que se unan a la Marcha por la Paz que se llevará a el domingo 7 de septiembre, a un año del estallido de violencia el 9 de septiembre de 2024.
En la circular Herrera Quiñónez recuerda el inicio de la guerra interna que mantienen dos facciones en la zona, “la ciudad de Culiacán y otras localidades de nuestra entidad, empezamos a vivir las secuelas de una ola de violencia e inseguridad que ha generado muerte y destrucción en muchas familias de nuestra diócesis”, señala.
Recordó que a poco menos del año “el impacto en el ámbito social, económico y educativo, incluyendo aquel de la fuerza pública local, sigue estremeciendo a la población que reclama con justa razón, respuestas y soluciones”.
Desde la Iglesia, dijo “hemos llamado a la conversión y al arrepentimiento del corazón a quienes, optando por una vida de pecado, han provocado dolor y desgracia; hemos asumido el compromiso de concientizar y generar una cultura por la paz y la fraternidad; hemos ofrecido acompañamiento y cercanía espiritual a las familias que viven procesos de duelo; hemos creado campañas permanentes de ayuda y apoyo solidario con quienes dejaron de percibir ingresos suficientes por pérdida o falta de empleo; y no menos importante, hemos orado con gran fe e insistencia al Señor por el don preciado de la paz en y desde las familias para nuestra sociedad”.
Agregó que “como Iglesia nos hemos también vinculado para colaborar en conjunto, con las autoridades y diversas asociaciones civiles y empresariales que pública y pacíficamente, llaman a la sociedad a no desfallecer y resignarse a vivir en un ambiente social de inseguridad, miedo, desconfianza y destrucción”.
Por lo que llamó a los fieles a sumarse a la marcha, la cual está organizada por distintas asociaciones civiles, iniciará a las 9:00 horas al pie de la escalinata de “La Lomita”, para culminar a las afueras de nuestra Catedral Basílica.
“No se trata sólo de visibilizar un sentimiento de indignación por esta dramática situación social, sino más bien, llamar a la ciudadanía a reconstruir el tejido social desde el rechazo total y categórico a toda formal real o simulada de justificación y normalización de la violencia”.
