0 8 min 3 meses

Alfabeto QWERTY/Andrés Villareal/Ríodoce

Nada pesa más en la vida como el apellido. La casta. Un apellido abre —o cierra— puertas; marca el destino, define profesiones y oficios. Esa es la carga del Junior, Julio César Chávez Carrasco. Detenido en Estados Unidos y trasladado a México para enfrentar una acusación por delincuencia organizada y tráfico de armas.

Reporte fronterizo

La imagen más reciente del Junior caminando esposado de pies y manos, custodiado por agentes americanos fuertemente armados, antes de entregarlo a las autoridades mexicanas, hace recordar las decenas de veces que Chávez hijo era seguido por las cámaras en el trayecto al ring de boxeo. La fama a cuestas, los millones de dólares, las luces que persiguen. Las celebridades en ringside. Innecesaria la exhibición, pero así son los americanos queriendo dar una lección sin importar la presunción de inocencia. El Junior está en la lona.

Esta historia empieza más atrás. Julio César Chávez (el padre) sí eligió su camino. El apellido le pesó por las penurias de familia. Suele repetir que desde niño le dijo a su mamá que sería boxeador y que le compraría una casa, como una forma de decir que haría dinero y seguramente nunca imaginó que tanto. Cuando se tiene poco, nunca se sabe cuánto realmente es mucho.

El César del boxeo lo bautizaron y lo alcanzó todo. Superdotado es una definición recurrente. Invencible. Lo reconocen sus pares en un deporte donde todo se gana o pierde de las más elemental y primitiva de las formas: a chingazos. Lo reconocen en un país donde hay muchos otros grandes, pero ni cerca a él, México es al boxeo lo que Brasil al futbol.

Reporte fronterizo

Seguro contra violencia

Ahí es donde creció ese niño que también quería ser boxeador como el papá. Julito, el primer hijo del campeón, nació justo en los tiempos del vertiginoso ascenso de su padre. Ganaba campeonatos cada año (1987-1988-1989-1990) en el peso ligero y en superligero de una y otra de las organizaciones de boxeo, unificaba cinturones, casi se diría que los coleccionaba. El logro mayor es ser el primer mexicano en tener campeonatos en tres divisiones distintas, porque el boxeo se clasifica por el peso: superpluma, ligero y super ligero.

Hay una vieja entrevista de un Chávez jovencísimo, luce sano y sobre todo sereno, muy distinto a quien se volvería clásico por hablar a trompicones y en un acelere. Está Chávez al lado de su esposa de entonces, una jovencita Amalia que le conocía antes de la fama y el dinero, y quien sería la mamá de Julito. Dice Chávez: “Yo le recomendaría a todos los niños que mejor estudien, que se dediquen a un deporte que no sea profesional, que sea amateur, para que su familia no sufra”.

Lo que pasó con su hijo fue justo lo contrario. Se subió al ring como parte del equipo que rodeaba a su padre y con el tiempo se subiría para irse forjando su carrera. No pasó por el boxeo olímpico ni amateur, se fue directo al profesionalismo y sabían que no tardaría mucho en estar en Las Vegas en los grandes escenarios y las enormes bolsas. Desde arriba del ring incluso Julio lo anunciaría en una de sus últimas peleas: “Les dejo a mi hijo, él va a seguir los pasos míos”, diría.

Reporte fronterizo

Y así fue, el Junior se subió con apenas 16 años al ring y muy pronto ya estaba en el Cesar Palace de las Vegas, la Meca del boxeo. Ganó muchas peleas, ganó el campeonato, ganó millones de dólares. Pero siempre en la sombra de que no convencía porque la vara que dejó su padre era demasiado alta.

Margen de error

(Poder) El boxeo atrae al poder. En lo más alto de su fama, Chávez le entregó al Presidente Carlos Salinas los guantes con que ganó el campeonato contra el Macho Camacho, una pelea legendaria. Salinas también estaba en la cúspide del poder, levantaba el país como un castillo de naipes.

Así como se abrazaba con el poderoso Salinas, Chávez también se abrazaba con Pancho Arellano, uno del clan de la poderosa familia del narco. Nunca negó las relaciones, además eran públicas. Hay un video de Chávez en un concurso de belleza en la disco Frankie Oh, en Mazatlán, Sinaloa, Arellano y Chávez colocan las bandas a las ganadoras del concurso.

Seguro contra violencia

El Junior también le siguió ese paso a su padre. Se relacionó con Los Chapitos. Aunque no se conocen videos juntos, el mismo Julito ha dicho de la cercanía al menos con Ovidio Guzmán, ahora preso en los Estados Unidos.

En el declive de la carrera de boxeador del Junior, más se iban conociendo de sus compañías con Los Chapitos y de sus problemas con la adicción a las drogas.

Primera cita

(Esbirro) Las acusaciones contra Julito que se han filtrado son demoledoras. Los supuestos documentos de la acusación lo tildan de ajustador de cuentas, de esbirro de la facción de los Chapitos, en directo a las órdenes de Iván Archivaldo Guzmán y de uno de sus poderosos pistoleros, Néstor Isidro Pérez Salas, el Nini, extraditado a los Estados Unidos en mayo de 2024.

Según esa acusación, Chávez Junior recibía órdenes de golpear a quienes incumplían tratos con los Chapitos, y lo hacía como si fueran costales de box.

Chávez padre ha tenido que salir en su defensa: Todo es mentira, dice, los conoce como los conocemos todos. Vivir en Culiacán y no enlodarse es lo difícil.

Placas vehiculares

Mirilla

(Duda) Lo extraño en la historia es que la investigación contra el Junior no es nueva, lleva muchos años abierta por la Fiscalía General de la República y Chávez hijo seguía con su vida. Viajaba, entraba y salía a Estados Unidos.

Unos días antes de su detención realizó una pelea de mera exhibición contra una celebridad en redes, el influencer Jake Paul. Antes Jake Paul ya se había enfrentado a Mike Tyson. Las peleas son disparejas, Tyson es casi un anciano y Chávez estaba derrotado desde mucho antes.

En México desde hace mucho no se acusaba a una celebridad, menos con las relaciones del padre que apenas unos meses antes estuvo en Palacio Nacional con la Presidenta Sheinbaum en una clase masiva de boxeo.

Reporte fronterizo

Julito tiene ahora la más difícil de sus peleas, y quizás de paso sea posible saber hasta dónde logra meterse el narco en las vidas de quienes conocen la fama (PUNTO)

Artículo publicado el 24 de agosto de 2025 en la edición 1178 del semanario Ríodoce.