Adolfo López Núñez, asesinado en Quilá, era el único del clan de Los Dámaso que estaba en libertad. En menos de dos años, todos quedaron detenidos o muertos.
Sus hermanos Dámaso y Álvaro, y su sobrino Dámaso López Serrano, están presos en Estados Unidos; y su cuñado, el ex síndico y ex regidor Luis Fernando Gaxiola Noriega, fue asesinado.
Adolfo, hermano del Licenciado y tío del Minilic, fue asesinado la noche del domingo 24, en la sindicatura de Quilá.
Los tres hermanos López Núñez eran los hijos varones de Dámaso López García, quien fue electo síndico de Eldorado en 2007 y en 2008 murió de un infarto.
Desde entonces, la Procuraduría General de la República (PGR) empezó operativos contra Los Dámaso.
En 2008, catearon y aseguraron propiedades de López García en la sindicatura de Eldorado; y en Culiacán una casa con 5 millones de dólares del Licenciado.
En 2015, Adolfo sintió que la PGR le pisaba los talones.
Tras una serie de operativos realizados en febrero de ese año en Eldorado, promovió un amparo contra una orden de aprehensión que no existía.
Adolfo reclamaba que lo estaban persiguiendo y acosaban a su familia y que él no se dedicaba a actividades ilícitas.
Se quejó de la integración de una o varias averiguaciones previas penales federales en su contra por delitos que desconocía y con imputaciones criminales que ignoraba, pues nunca lo citaron formalmente a declarar, por lo que no se le permitió ofrecer y desahogar pruebas a su favor.
Señaló que ignoraba el número de expediente de las indagatorias iniciadas por autoridades de procuración de justicia.
“Reclamo la ‘investigación’ fuera de todo procedimiento judicial y en usurpación de funciones, así como en exceso de sus atribuciones, de mi persona, mi familia, derechos y posesiones, estableciendo puntos de observación y vigilancia en los lugares en donde supuestamente se aduce yo me pueda encontrar, interrogando a las personas que circulan por la vía pública sobre mí, amenazando dicho personal mi derecho a tener una vida digna”, señaló.
La queja advierte: “No obstante que el suscrito no he cometido delito alguno, no teniendo ningún antecedente penal, ya se me tachó como delincuente lo que ha propiciado que no pueda estar en ningún lugar por temor a ser detenido, torturado, levantado, incomunicado, ausente de mi familia y amigos al temer que en contra de ellos también se de represalias”.
Los jueces federales y la PGR respondieron que no había ninguna orden de aprehensión en su contra.
En ese entonces, sus hermanos y sobrino ya tenían orden de aprehensión.
Informes militares ubicaban a Adolfo como uno de los hombres cercanos a su hermano Dámaso. Incluso daban cuenta de una detención en los Estados Unidos.
A principios de los 90, junto con Dámaso, formó parte de la entonces Policía Judicial del Estado.
Sus hermanos, Dámaso y Álvaro; y su sobrino apodado el Minilic, fueron detenidos y su cuñado asesinado en 2017.
El primero en caer fue Dámaso capturado en mayo de ese año en la colonia Anzures, en la Ciudad de México; y extraditado a Estados Unidos en 2018.
Un mes después, privaron de la libertad y asesinaron a su cuñado Luis Fernando, en la colonia Antorchista, en Culiacán.
En julio el Minilic se entregó de manera voluntaria a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en la garita de Calexico, California.
En septiembre arrestaron a Álvaro en el puente fronterizo de Nogales, Arizona, cuando pretendía solicitar asilo político en Estados Unidos.
Durante ese año, los Dámaso libraban un pleito con los hijos del Chapo Guzmán por el control del Cártel de Sinaloa, tras la extradición del Chapo.
La noche del domingo pasado, hombres armados irrumpieron en la casa de Adolfo, en la sindicatura de Quilá y lo asesinaron.
De acuerdo con la Policía Investigadora del Estado, Adolfo intentó escapar pero los sicarios dispararon y cayó muerto.
Apenas en enero pasado, su hermano Dámaso declaró contra el Chapo Guzmán durante el juicio en la Corte de Brooklyn.
El Licenciado había sido sentenciado a cadena perpetua y a un embargo con valor de 25 millones de dólares en septiembre de 2018.
Artículo publicado el 3 de marzo de 2019 en la edición 840 del semanario Ríodoce.