Reportaje/foto: Objetivo7/Cuauhtémoc Villegas Durán,
Aguascalientes, Ags.– La mala actuación de las policías locales y la falta de justicia en la procuraduría del estado han provocado un nuevo tipo de ciudadanos: los vecinos homicidas.
Dice el dicho que, al perro más flaco se le cargan las pulgas y, así, parecen ser las historias de quienes víctimas una vez de la violencia por los vecinos, no dejarán de serlo nunca porque, los vecinos abusivos y con tendencias homicidas, los toman como blancos, sabiendo que, la impunidad es ley.
Es una especie de bullyng urbano, que se extiende principalmente en las colonias que se han creado en el último decenio. La ciudad creció de acuerdo a los intereses de el ex gobernador y contructor, Luis Armando Reynoso Femat, quien construyó y dejó construir a discreción sin que todas estas colonias con casas a bajos precios, tuvieran los servicios sociales elementales, principalmente seguridad, educación y transporte.
Chilangos asesinos
Sergio Vilchis, llegó huyendo de México y, se instaló en una de las colonias de la periferia, La Macario donde se puso a vender droga. Luego su hermano fue designado secretario de Salud en el estado. El negocio creció. Casas y autos en abundancia y, en su nueva colonia, querían intervenir hasta en las vidas de los demás, eran los dueños, su hermano estaba en la política y su hijo en el ejército. Quien lo podía tocar.
Hostigaron durante meses a la víctima. Lo retó un hijo de Vilchis, la víctima aceptó el reto y lo venció. Cuando no pudo el hijo de Vilchis, llamó al soldado, entre los dos golpearon a la víctima, le quebraron la pierna. La policía no hizo nada, menos, la procuraduría. Desde entonces los vecinos, especialmente “los chilangos” quieren golpearlo sin razón y, si no la hay, se la inventan , inventan mentiras para hacer el problema y tratar de acabar lo que el narco Vilchis no pudo: asesinar al débil.
Ante la falta de justicia los Vilchis se dicen víctimas de la víctima y han jurado matarlo. Hoy, luego de que su hermano cayó en desgracia por el robo del tomógrafo, Sergio Vilchis, se esconde como una rata en León, Guanajuato, bajo la advertencia de las autoridades locales que lo dejaron escapar. Sus hijos, homicidas fomentados por él, siguen en la ciudad golpeando vecinos, tratando de matar a los que se pueda.
Los vecinos que se quedaron en la colonia siguen su ejemplo. No hay Estado de Derecho.
Uno de los “chilangos” con tendencias homicidas, de nombre Arturo y quien convive con su esposa y, el amante de ésta, allí, en su casa, con sus hijos, quiere golpear a la victima de los Vilchis, porque la víctima ponen un clavo, porque va a construir una bardita, porque no es empleado, porque tiene un jardín más bonito, porque su mujer no tiene dos hombres…
El de enfrente, un pelón solitario, que, ni a mujer llega y es un imitador: desde el día que laminó su auto la víctima, cual enfermo mental, éste otro chilango se la pasa arreglando el carro y tratando de provocar a quien imita. No tiene mujer, no tiene hijos, no tiene novia, nadie lo visita…vive eculubrando como terminar lo que los Vilchis no lograron: asesinar al débil.
Otro de enfrente, verdulero y alcohólico, hace lo mismo y para lograrlo inventa que la el débil fuma marihuana y le dice cosas. La víctima ni siquiera los voltea a ver. Pero la víctima es más débil y baja físicamente, hay que aprovecharse, porque con los más fuertes, a a los abusones les da miedo, se acobardan, se les acaba la valentía. Y aunque trató de robar a la víctima y golpearla y está documentado en vídeo, la procuraduría dice que no hay delito que perseguir y que la solución son los golpes.
La víctima tiene una vida propia y ése, es el problema de todo: Los demás reflejan sus más grandes temores, sus frustraciones y traumas…
La policía sañosa
Cuando un vecino es molestado y denuncia aparece la policía, no para llevarse al agresor sino, para sembrar más cizaña entre los dos en conflicto y, cual jueces, enfrentan a los involucrados pidiendo explicaciones y justificándose, y finalmente, no haciendo nada por lo que, los vecinos se agigantan más en su cobardía y tendencias homicidas.
La procuraduría sólo sigue a los enemigos políticos del gobernador y a los periodistas y cambia criminales para que no pisen la cárcel. Esa es, su principal función.
Otro caso
Salvador Sierra Juárez está imposibilitado, no puede caminar, vive de pedir limosna en la plaza principal: está amenazado de muerte por los vecinos. A su hija de sólo 11 años le dice “puta” una vecina. La razón: la misma, la falta de Estado de Derecho.
Ya fueron del ayuntamiento a hablar con sus vecinas y no lograron nada “los maltrataron “ también. Mandó una carta al poderoso periodista Ramiro Luevano López director de del diario Página 24 y Tribuna Libre. Se publicó. Nadie hizo nada.
Las razones por las que lo quieren golpear son las mismas o, peor aun, que el caso anterior, saben que ni siquiera puede defenderse físicamente y menos legalmente: es pobre, está lisiado.
Vive en el andador Soledad en el barrio del Llanito, a su esposa la han golpeado sólo por tirar el agua de la trapeada en la calle, para que se limpie su parte. La verdadera razón, es otra: la ausencia de Derecho.