El acusado Ahmad al Mahdi al Faqi comparece ante la CPI en la Haya. (Patrick Post/EFE)
Ahmad al Mahdi al Faqi es el primer acusado de crímenes de guerra por la destrucción de bienes patrimonio de la humanidad. También es la primera persona en declararse culpable ante la Corte Penal Internacional (CPI).
Al Mahdi está acusado de haber destruido o ayudado a destruir nueve mausoleos y la mezquita de Sidi Yahya en la ciudad de Tombuctú (Mali). La fiscal de la CPI le acusa de ser el líder de tales ataques y de haber participado físicamente en varios de ellos en agresiones cometidas entre el 30 de junio y el 11 de julio de 2012.
El presunto integrante de la agrupación extremista Ansar Al Din – un grupo religioso de carácter fundamentalista islámico activo en Mali- pidió perdón por los hechos: “Señoras y señores, con gran arrepentimiento y dolor tengo que declararme culpable de todos los cargos que se me imputan. Son todos precisos y correctos. Lamento mucho, tengo remordimiento y me arrepiento de todo el daño que han causado mis acciones”.
El acusado también dijo arrepentirse del sufrimiento que causó a su familia y a la comunidad en Tombuctú, así como a su país, Mali, y a la comunidad internacional en su conjunto. Al Mahdi fue entregado a la CPI en septiembre de 2015 por las autoridades de Níger.
Ha sido el primer juicio por crímenes de guerra por la destrucción de bienes culturales. En un comunicado, Ban Ki-moon se refirió con preocupación a la creciente tendencia a la destrucción deliberada de patrimonio cultural en los conflictos armados. “Esos ataques representan un asalto vil a la dignidad e identidad de poblaciones enteras, de sus raíces históricas y religiosas”, apuntó Ban.
Este juicio podría sentar un precedente en el mundo, especialmente cuando la lista de sitios en peligro no para de aumentar, 55 enclaves están oficialmente “en peligro” en todo el mundo, entre ellos la ciudad histórica de Palmira en Siria. No obstante, ni Irak ni Siria firmaron el Estatuto de Roma, el tratado fundador de la CPI.