El periodista estadounidense John Gibler denunció ayer que en México siguen ocurriendo torturas y desapariciones a cargo de agentes del Estado en una especie de “‘guerra sucia’ neoliberal” vinculada con la lucha contra el crimen organizado.
Gibler acaba de publicar un “reportaje novelado experimental” en el que cuenta la historia del guerrillero del Ejército Popular Revolucionario Andrés Tzompaxtle Tecpile, capturado por soldados en octubre de 1996 en Guerrero y que en febrero de 1997 logró escapar.
En “Tzompaxtle. La fuga de un guerrillero” (Tusquets, 2013) Gibler recoge el testimonio del guerrillero, a quien entrevistó y cuya historia reconstruyó con labores de investigación a través de periódicos publicados en aquellos años.
“Es una historia muy complicada. Se trata de prácticas de Estado que existen en submundos, en mundos de sombras. Oficialmente no existen cárceles clandestinas, la práctica de la tortura, la desaparición forzada. Entonces ¿cómo lo vas a documentar?”, sostiene Gibler en entrevista con Efe.
Tzompaxtle es un indígena náhuatl que estuvo recluido en la base Llano Largo de Acapulco, en el sureño estado de Guerrero, y en Teotihuacán, en el estado de México, pero que a la postre logró fugarse.
En la historia que ha contado, basada en su testimonio, “no hay ni una gota de ficción”, pero sí “mucha reflexión” y preguntas al lector, que debe sacar sus conclusiones sobre lo que ocurrió.
“Es uno de los pocos casos donde se puede documentar algo. No todo. Yo no hablé con los torturadores, no los entrevisté”, afirma Gibler.
Durante su cautiverio de casi cuatro meses, el guerrillero sufrió palizas, amenazas y descargas eléctricas que dejaron muy mermada su salud y que aun hoy le atormentan.
Según el periodista, la historia guarda un fuerte paralelismo con lo que sucede hoy en México, donde las fuerzas del Estado libran una lucha abierta contra el crimen organizado.
En ese contexto, Gibler denuncia que el patrón de desapariciones forzadas en México continúa, y que este se agudizó particularmente durante el mandato del presidente Felipe Calderón (2006-2012).
Actualmente, a pesar del cambio de Gobierno con la llegada al poder el 1 de diciembre de 2012 de Enrique Peña Nieto, el Ejército sigue desplegado en varios estados del país haciendo labores de seguridad pública que antes correspondieron a la policía.
Según Gibler, esta situación persistente de militares desplegados en los estados más conflictivos del país “es la versión neoliberal de la ‘guerra sucia'” que hubo en México hace varias décadas y que derivó en muertes y desapariciones.
Cree que “no solamente sigue vigente”, sino que “es hasta peor” que antaño porque ahora “las líneas entre Estado y no Estado son más borrosas”.
“Existen los grupos de crimen organizado, no solamente narcotráfico, secuestro, trata de blancas, extorsión, y más venta, narcomenudeo, dentro del país”, denuncia Gibler.
Además, el panorama se ha complicado con la aparición de los grupos de autodefensa.
Tras ellos ve varias fuerzas: la mano del Estado mexicano tratando de contrarrestar a las policías comunitarias creadas por indígenas, a grupos del crimen organizado y a víctimas directas de la violencia que están hartas de ella y quieren hacerle frente.
Afincado en México desde 2006, Gibler ha colaborado con publicaciones mexicanas como “Contralínea” y “Milenio Semanal” y con extranjeras como “Common Dreams” y “Z Magazine”, entre otras.
Es autor de libros como “Morir en México” (2011), “Veinte poemas para ser leídos en una balacera” (2012), y colaborador de obras como “Entre las cenizas. Historias de vida en tiempos de muerte” (2012).
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