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La desaparición de Playa Mamitas, parte de los ecosistemas protegidos de Quintana Roo, es un ejemplo de cómo la naturaleza sigue mandando mensajes.

Por Raymundo Martín Gómez/Cortesía: Los Ángeles Press

La desaparición de los hermosos arenales en Playa Mamitas, uno de los más exclusivos centros turísticos de Playa del Carmen, es sólo un ejemplo de cómo la madre naturaleza sigue mandando mensajes de que el hombre la está destruyendo en aras de conseguir más dinero, propiedades y crear llamados desarrollos para el turismo que terminarán siendo la muerte de la gallina de los huevos de oro en nuestro amado Quintana Roo.

El fuerte oleaje literalmente se comió ese hermoso arenal y ahora lava los cimientos del club de playa que, a ese paso, terminará por sucumbir dejando una estela de destrucción para el entorno playense, su principal divisa y atractivo, que no se preocuparon por cuidar los funcionarios anteriores al autorizar la construcción de esas moles de cemento sobre dunas costeras, retando a la madre naturaleza.

Durante años, mejor dicho décadas, hemos venido advirtiendo que las mejores playas quintanarroenses, los valiosos manglares, las vitales dunas costeras, las importantes lagunas y demás ecosistemas hay que cuidarlos, preservarlos. Pero oportunistas y mafiosos políticos municipales, estatales y federales han permitido su destrucción y ahora ya se pagan algunos de los muchos precios de esa criminal depredación.

Ante Playa Mamitas, famoso beach club, nadie que no sea cliente pagando sus 300 pesos por persona tenía derecho a instalarse ni siquiera en los 20 metros de arenal que por ley son, o eran, propiedad de la nación, so pena de que los agentes de seguridad llamen a la policía y se los lleven detenidos, debidamente esposados, a los intrusos visitantes o habitantes del lugar.

Varios abusos de este tipo fueron denunciados en público ante la indiferencia de los funcionarios municipales o de turismo, por lo cual ahora muchos playenses se ríen y hasta disfrutan que el exclusivo club esté pagando las consecuencias por haber arremetido contra quienes fueron sometidos con brutalidad solo por ocupar una playa pública que ahora ya es un lodazal.

Años atrás, cuando se creó a un costado del lugar el muelle de #Ultramar, que hasta ahora sigue inoperante, se les advirtió tanto a los funcionarios locales como a los supuestos inversionistas que estaban atentando contra toda la zona costera de Playa del Carmen, incluso en perjuicio del arrecife “Jardines” que está enfrente.

Pero no hicieron caso y lograron crear el muelle incluso trabajando durante las noches para no llamar la atención. Primero empezaron a lavarse los arenales ubicados entre ese muelle y el muelle fiscal, sacando a la superficie rocosas y filosas piedras. Y ahora se presenta el grave problema al otro costado, en Playa Mamitas.

Éste es apenas uno de los muchos daños que a diario siguen sufriendo los bellos, vitales ecosistemas tanto del norte como del centro y sur de #QuintanaRoo. Siempre con el pretexto de un crecimiento o desarrollo turístico e inmobiliario que beneficia a algunos, pero termina perjudicando a la entidad en su conjunto.

¿Cómo frenar estos ecocidios si hasta quieren volver a destruir los manglares de #Tajamar, en #Cancún? Es una de las muchas preguntas.

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