Partidero/Guadalajara, Jalisco.– Carlos Lomelí Bolaños, candidato del Movimiento de Regeneración Nacional a la presidencia municipal de Guadalajara, aceptó haber vendido percusores químicos a una empresa relacionada con el Cártel de Sinaloa, por lo que pagó a la Administración de Control de Drogas (DEA, por su siglas en inglés) 2.7 millones de dólares para librar la investigación en su contra.
De acuerdo con el medio Latinus, el también exdelegado del gobierno federal en Jalisco admitió el negocio con el grupo criminal y, a cambio de que la DEA suspendiera la investigación iniciada en su contra en 2006, y para que la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) lo quitara a él y a su entonces farmacéutica Lomedic de la lista de empresas y personas relacionadas con el narcotráfico, realizó la citad transferencia monetaria.
“La negociación con el gobierno de Estados Unidos y la admisión de responsabilidades ante la DEA sucedió en 2010″, detalla.
Y agrega: “Una sentencia final de confiscamiento emitida por un juez de Distrito de El Paso el 27 de enero de 2011, detalla que Lomelí entregó de forma voluntaria sus bienes al gobierno de Estados Unidos y estuvo involucrado en la distribución de tabletas Lovarin-P para fabricar metanfetamina, así como en lavado de dinero”.
Anteriormente, Lomelí había dicho públicamente que el gobierno de Estados Unidos lo sacó de la lista de OFAC porque no encontró elementos en su contra.
“La empresa fue acusada en 2008 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de ser una fachada para el lavado de dinero del Cártel de los Amezcua Contreras y congeló todos los bienes y cuentas bancarias de Lomelí, su familia y su empresa en territorio estadounidense. Entonces, el candidato de Morena también fue señalado por la OFAC de apoyar el desvío ilegal de precursores de metanfetaminas”, abunda.
“Lo que Lomelí nos dijo es que se asoció principalmente con Sinaloa, lo que se llamaba entonces la Federación, con Nacho Coronel, Mayo Zambada,el Chapo, con los Güeros, los Rodríguez Olivera y otros que trabajaban ahí. Esa gente eran sus clientes”, explicó uno de los agentes de la DEA entrevistados por la citada fuente.