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Ismael Bojórquez

¿Con las mismas estrategias? Es evidente que no. Es un buen deseo el del presidente Andrés Manuel López Obrador y es esperanzador que centre su atención en la necesidad de combatir la violencia y reducir la inseguridad. La pregunta es cómo piensa hacerlo. Si sigue con la misma “estrategia” las cosas empeorarán sin duda. Si las modifica puede obtener resultados en un año, gradualmente, pero con resultados palpables al final de su primer tercio de gobierno que confirmen que va por buen camino.

El ex presidente Felipe Calderón cometió dos errores clave por eso las cosas empeoraron. El primero fue meter de lleno al ejército contra los cárteles sin tener un diagnóstico certero del problema. El segundo fue no modificar su estrategia. Se dio cuenta pero no quiso cambiar, no sabemos si porque el propio ejército no se lo permitió o por no dar su brazo a torcer. O por lo que sea.

Calderón, al finalizar su segundo año de gobierno, reconoció ante todos que se había equivocado en el diagnóstico. El problema es que no rectificó y siguió de frente con los resultados que ya conocemos. El primer año logró reducir los homicidios en un diez por ciento, por ahí están los datos. Pero a partir de 2008, con la guerra que estalló al interior del Cártel de Sinaloa, México se bañó de sangre. Y fue imposible detener la guerra que ellos mismos provocaron con la detención de Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo.

Calderón siguió cometiendo errores. Mataron a Arturo Beltrán, el Barbas, y surgieron tres o cuatro cárteles en los territorios que este dominaba. Cazaron a Ignacio Coronel y surgió el CJNG, ahora tan poderoso como el de Sinaloa.

La inmensa mayoría de los homicidios que se cometen en México están ligados al narcotráfico. Por eso “serenar al país” pasa por el combate frontal contra los cárteles de la droga. Pero tienen que hacerlo con inteligencia y sin dogmas, despojados de prejuicios. La tarea es monumental pero es posible ejecutarla con éxito y es urgente que se inicie.

Para ello, el gobierno federal deberá involucrar a los gobiernos estatales y éstos a los municipios. Tomar medidas ante el comportamiento de gobernadores que se hacen patos por miedo o porque están coludidos con las mafias que operan en sus entidades. Los coahuilenses, por ejemplo, están convencidos de que Humberto Moreira se metió hasta la alcoba con los Zetas, por eso el crecimiento de esa organización durante el periodo que gobernó antes de salir huyendo a España.

Han sido claras las complicidades de varios gobernadores de Sinaloa con el cártel de aquí. Y no se diga de autoridades municipales. AMLO tendrá que tomar medidas al respecto e involucrar a los gobernadores en esta tarea, siempre bajo la tutela y el respaldo de la federación. No repetir lo que hizo con Quirino Ordaz cuando éste, ingenuamente, recibió a dos delegaciones gringas y al mismísimo director de la DEA para que “supervisaran” lo que estaba haciendo con sus drones. Lurios los estatales, hasta los llevaron a narcolaboratorios destruidos para demostrar que sí estaban trabajando. Ya vimos lo que pasó semanas después, cuando se quisieron llevar a Ovidio Guzmán.

Mala jugada la de Quirino, sobre todo porque ya había tenido roces —de parte de él sin pretenderlo— con los Chapitos durante la campaña electoral de 2016, cuando esta fracción de Cártel destruyó propaganda del mazatleco y vandalizó algunos camiones urbanos, pues, se dijo, los hijos de Joaquín Guzmán estuvieron apoyando a otro candidato.

Hay otro elemento que AMLO no debe desdeñar: el apoyo del gobierno norteamericano. Ellos han jugado con el problema durante décadas. Solo así se explica que, a pesar de que en al menos 20 estados la mariguana ya se despenalizó, la ley federal de drogas siga siendo prohibitiva. Y que se opongan a la despenalización en todas las instancias internacionales, a pesar de que avanzan en el mundo políticas para la reducción de riesgos en el consumo de drogas.

Bola y cadena

A PESAR DE ELLO, EL GOBIERNO MEXICANO debe sentarse a dialogar con los norteamericanos el tema de las drogas y definir canales de apoyo mutuo, con reglas claras, nuevas y claras para las partes, aunque sabemos que nunca harán públicos muchos de sus acuerdos. Sin el apoyo de los gringos la tarea sería muchísimo más complicada. Con mucha dignidad, pero sin prejuicios.

Sentido contrario

CURIOSO QUE LA PROPIA AUDITORÍA Superior de Sinaloa (ASE) esté proponiendo que se hagan más laxos los criterios con que son analizadas y juzgadas las cuentas públicas por parte del Congreso del Estado, porque con los actuales, dice, casi nadie pasa la prueba del manejo honrado de los recursos. Se necesita más rigor en la revisión, no que se afloje la vigilancia.

Humo negro

¿”ANÍMATE CHUY”? ¿QUÉ CHUY? ¿Chuy Vizcarra? ¿Chuy Valdez? ¿Chuy Campanas? ¿Chuytoño? ¿De quién hablan? ¿A quién se refieren? Como sea, la manta que apareció la semana pasada en una de las calles de la ciudad está siendo relacionada con campañas electorales adelantadas. Y risueño el niño…

Columna publicada el 12 de enero de 2020 en la edición 885 del

semanario Ríodoce.