Ahora dejan cuatro cadáveres en el estacionamiento de Soriana y avanzan hacia la Zona Dorada
Río doce.- Los cadáveres de cuatro hombres encontrados en el estacionamiento de un centro comercial y una persona asesinada hallada envuelta en una cobija, en la colonia Jaripillo, al parecer no anuncian un septiembre menos negro que agosto, a pesar de la activación del Grupo de Fuerzas Especiales de Reacción.
Como si las vialidades del puerto de Mazatlán fueran un tablero de ajedrez donde los grupos delictivos se disputan el territorio de la ciudad, la madrugada del lunes 5 de agosto, los cadáveres de cuatro personas ejecutadas fueron tirados en el estacionamiento público de la tienda comercial Soriana.
Dicha tienda de autoservicio está ubicada en las avenidas Rafael Buelna y La Marina, la primera de ellas conduce directamente hacia el Océano Pacífico y la zona turística de Mazatlán, conocida como Zona Dorada.
Cabe recordar que la madrugada del 21 de julio, junto al fraccionamiento Privanzas que casi entronca con la avenida Bicentenario, fueron halladas cuatro personas asesinadas, mismas que habían sido privadas ilegalmente de la libertad, en diversos puntos de de la ciudad.
Desde donde fueron encontrados los ejecutados del 21 de agosto, hasta las avenidas Rafael Buelna y La Marina, donde aparecieron los del 5 de septiembre, el convoy de la muerte avanzó casi 20 cuadras hacia la zona turística.
No es la primera vez que células de crimen organizado dejan sus secuelas de muerte y delito en una tienda Soriana, pues la madrugada del 30 de noviembre de 2010, asesinaron a los policías municipales Héctor Hugo Guerrero Durán y Jesús Candelario Hernández Aguirre, en Soriana Santa Rosa, ubicada entre el Libramiento Luis Donaldo Colosio y avenida Santa Rosa.
Serían alrededor de las 1:50 horas cuando los policías municipales habían arribado al estacionamiento del centro comercial, para atender una denuncia ciudadana que aseguraba que hombres armados habían abierto las puertas de Soriana con el objetivo de robar sendos cajeros automáticos bancarios.
Los policías Guerrero Durán y Hernández Aguirre, apenas iban entrando al estacionamiento de la tienda comercial, en las patrullas 071 y 065, respectivamente, cuando fueron recibidos a balazos de armas calibre 7.62 x39, .223 y .9 milímetros, por los pistoleros apostados en diversos puntos del frontispicio del inmueble.
Ambos guardianes del orden, uno conductor y el otro copiloto, quedaron muertos dentro de sus respectivas patrullas, mientras sus compañeros de armas habían logrado protegerse de la lluvia de plomo que los recibió.
Los finados habían frustrado el robo de los cajeros de las instituciones bancarias instalados en Soriana Santa Rosa, pero a cambio perdieron sus vidas, en el cumplimiento de su deber.
En ese entonces finalizaba el trienio —caracterizado como violento— del priista Jorge Abel López Sánchez, pero signo político aparte, la administración del panista Carlos Felton González finaliza no menos violenta.
El pasado martes 6 de septiembre, ante la aparición de los cuatro cadáveres en el estacionamiento de Soriana, los gobiernos municipal, estatal y federal, con el apoyo del Ejército, Fuerza Aérea y Marina, publicitaron la “creación” conjunta del “Grupo de Fuerzas Especiales de Reacción”, en el sur de la entidad.
En las instalaciones de la Tercera Región Militar, donde se dieron cita, el gobernador Mario López Valdez había recordado que durante la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, celebrada en Palacio Nacional, una semana anterior, se había acordado instrumentar acciones coordinadas entre los tres órdenes de gobierno en los 50 municipios donde se concentra el 42 por ciento de homicidios dolosos del país, para contener la violencia delictiva.
“(Ahí) le pidió le pidió al presidente Enrique Peña Nieto extender ese operativo especial para los municipios de Mazatlán y Culiacán, éste último donde ya también inició operaciones el Grupo de Fuerzas Especiales de Reacción (GFER)”, se informó.
Simultáneamente al anuncio de la activación del GFER, la policía municipal recibió el reporte de que una persona ejecutada y envuelta en una cobija había sido dejada en las avenidas de Las Torres y Munich, en la colonia Jaripillo.
“El encobijado es el estilo del grupo delictivo contrario a los que están dejando a los ejecutados en las vialidades públicas del puerto”, dijo uno de los policías.
Asimismo, la madrugada del martes 6, aproximadamente a las 5:00 horas, reportaron que hombres armados irrumpieron violentamente a la tienda Oxxo Atún, ubicado en la avenida Camarón Sábalo, del fraccionamiento Sábalo Country, amarraron a los empleados, abrieron el cajero y se robaron dinero en efectivo.
Como si viviera en el puerto de la utopía, el jueves 7, el presidente de Mazatlán, Carlos Felton González, declaró al diario Noroeste Mazatlán la promesa y su confianza de “recuperar la paz en Mazatlán”.
“…Ya está funcionando (el GFER) y confiamos, como lo hacen los empresarios, que esto venga a darle tranquilidad a Mazatlán, tranquilidad que ya teníamos, que se perdió de manera momentánea, y creo que la vamos a recuperar”, dijo.
Pero el mismo día que Felton González declaraba lo anterior, la terca realidad le gritaba que el tema de la seguridad pública no era una cuestión de creencia sino de hechos, porque la violencia criminal no respetaba ni a las mujeres.
En el domicilio con número 506, de la avenida Gabriel Leyva en la colonia Loma Atravesada, la policía municipal localizó el cadáver de una mujer.
“En estado de putrefacción fue encontrado el cuerpo de una fémina, se le observan golpes en diferentes partes del cuerpo”, rezaba el reporte.
El cadáver de la mujer había sido hallado en la misma colonia donde están ubicadas las instalaciones de la Tercera Región Militar, donde el pasado lunes, los encargados de la seguridad pública habían activado el GFER.
Multihomicidios repetidos
-Madrugada del domingo 21 de agosto. Junto al fraccionamiento Privanzas abandonan cuatro de personas ejecutadas apiladas en plena vialidad pública.
-Madrugada del lunes 5 de septiembre. El mismo número de hombres ejecutados son dejados en el estacionamiento del centro comercial Soriana, ubicado en avenidas Rafael Buelna y La Marina. Uno de los ejecutados tenía clavada un arma blanca con un narco-mensaje dedicado al grupo delictivo contrario.