Tres millones. Esa es la escalofriante cifra que ha alcanzado esta semana el número de refugiados sirios a causa de la guerra civil en este país.

Se trata de la mayor cantidad de desplazados registrada jamás. Prácticamente la mitad del pueblo sirio ha abandonado su país a lo largo de los más de tres años que dura un conflicto en el que además ya han muerto más de 190.000 personas. El Líbano, Jordania y Turquía son los tres principales países de acogida.

“No podíamos aguantar más”, nos cuenta una refugiada en Beirut. “Pasábamos de tener hambre a tener frío, o a estar en estado de sitio, siendo bombardeados permanentemente. Vimos morir a gente delante de nuestros ojos por culpa de unas bombas que caían desde los dos lados. No podíamos estar más en Siria. Mi hermano, mi hija, mi hermana…simplemente no podíamos soportarlo más”.

Los datos los ha reportado este viernes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, que a pesar de los más de 2000 millones de euros que ha recibido en forma de donaciones, alerta de la necesidad de al menos otros 1500 para poder hacer frente a la crisis más importante a la que han tenido que hacer frente.

“La odisea para salir de Siria es cada vez más dura”, relata la portavoz de ACNUR. “Nos cuentan como muchos son obligados a pagar sobornos en los puestos de control armados que proliferan a lo largo de la frontera. Y como el precio de los controbandistas, a los que muchos se ven obligadosa recurrir para salir en transporte, es cada vez más abusivo.

ACNUR habla también de la inminente llegada en esta zona del invierno, una estación que afectará de manera especial a a casi dos y medio de los tres millones de refugiados. Tampoco ha querido olvidarse en su llamamiento del campamento situado en la localidad iraquí de Al Qaim, una zona que desde hace dos meses se encuentra en manos del Estado Islámico y cuya suerte se desconoce