Una venganza milenaria, un mundo alterno en el que la vida real se define a través de un video juego, la búsqueda de un origen y la lucha por reconstruir una familia fragmentada, son los elementos que borda Eve Gil en su libro, Doncella Roja, tercera y última parte de la trilogía integrada por “Sho-Shan y la dama oscura”, y “Tinta Ultravioleta”, donde narra las aventuras de las hermanas Murasaki y Cho, quienes viajan a China en un intento por resolver los misterios que rodean el pasado de su madre.
En la obra editada por Suma de Letras, la escritora sonorense aprovecha los recursos literarios que ofrece la literatura japonesa a través del manga y del anime, para traspolar la diferente percepción que tienen las personas con síndrome de Asperger y denunciar la discriminación, los problemas que enfrentan quienes la padecen y sus familiares ante la incomprensión de las instituciones, de los médicos y de los maestros que intentan encuadrar a estos niños a los esquemas de una sociedad que no los comprende.
“Yo quería hablar de los problemas que enfrentan las personas con síndrome de Asperger. El lenguaje y estructura novelística del manga y el anime japonés me dieron toda la posibilidad narrativa de construir ese mundo alterno”, explica Eve Gil y relata que precisamente la condición autista de su personaje principal es lo que marca la forma de escribir esta novela, que estará presente durante la Feria Universitaria del Libro, FUL 2014, que organizan la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato.
“Estos niños son pequeños maestros. La condición del autismo los hace ver el mundo de una manera muy distinta. Eso me ayudó a crear un mundo alterno, no nada más desde el anime y el manga, sino intentando describir cómo ve la vida un niño con autismo, cómo lo ven los demás, cómo lo tienen que proteger y los peligros que corre”, afirma la también ganadora del premio Nacional de Cuento Efraín Huerta 2006, quien advierte que no sólo se trata de combatir los prejuicios contra el autismo sino contra la discriminación latente en la sociedad mexicana.
En “Doncella Roja”, el centro de la trama es un videojuego donde las dos hermanas librarán su última batalla en contra del demonio Izanami, Diosa de la Discordia y responsable del rompimiento de las familias; sin embargo a diferencia de los libros que preceden esta historia, el mundo hiperfemenino construido por Eve Gil se ve reducido e incluso ofrece a sus protagonistas la posibilidad de utilizar avatares masculinos.
No obstante, los personajes femeninos siguen siendo fuertes e innovadores, en una trilogía fantástica, que tiene elementos de novela policíaca y una buena dosis de suspenso, donde China, Japón y México se convierten en escenarios idóneos para mezclar ficción y realidad.
Finalmente, Eve Gil insiste en que a lo largo de toda la zaga mantuvo la intención de incluir episodios que aborden el tema de la discriminación y la forma en que la sociedad insiste en señalar a quien es diferente, “uno de mis grandes intereses es denunciar la discriminación y en las tres novelas aparece algún episodio de discriminación. No es hacer una novela divertida y buena, sino algo que ponga a pensar a la gente” concluye.